El Departamento de Educación de Loro Parque Fundación ha revelado esta semana los resultados del proyecto “La arena de nuestras playas”, que analiza la incidencia del plástico en las costas de Canarias.
El estudio ha consistido en un análisis de la presencia de este material dañino para el medioambiente en 28 playas canarias. La investigación ha contado con la participación de 492 alumnos, de entre 12 y 18 años de edad, pertenecientes a 12 institutos educativos de Tenerife, Gran Canaria, Fuerteventura y La Gomera.
En este sentido, el Departamento de Educación de Loro Parque Fundación ha detallado que más de 4.400 objetos de plásticos fueron extraídos durante el análisis de las 28 playas. Así, los resultados del proyecto han demostrado que este residuo ha sido el más frecuente (casi en un 60%), seguido de los restos orgánicos, como pipas o carbón, y las colillas. En cuanto al origen del plástico, casi el 90% parece provenir de actividades terrestres, que es arrastrado por las corrientes hasta llegar a las playas, mientras que solo el 10% está relacionado con actividades marinas (redes y boyas, entre otros objetos).
Además de la basura de gran tamaño, el proyecto también estudió la incidencia de microplásticos (partículas menores a 5mm) en las costas de las islas, determinando su presencia en un 60% de las playas muestreadas. Su abundancia en algunas playas fue de más de 500 partículas por m2.
Todas las playas con mucha acumulación de residuos y de microplástico tenían en común ser zonas muy expuestas a las corrientes, con una orientación determinada (N-NE), de lo que se deduce, sumado al orig en y al tipo de plásticos encontrados, que la mayor parte de estos residuos llevan tiempo en el océano y son arrastrados a las costas canarias, posiblemente, desde otros lugares del planeta.
No es el caso de las colillas, muy abundantes en playas urbanas, que claramente son abandonadas en la arena por los usuarios y que difícilmente pueden ser recogidas por los servicios de limpieza. Hay que tener en cuenta que este residuo, además de ser tóxico, también contiene plástico (acetato de celulosa), que tarda más de una década en descomponerse, según las estimaciones.
Además de dar a conocer la realidad de este problema en las islas, con este proyecto se ha contribuido a fomentar la actividad científica entre los estudiantes, que han sido los protagonistas y los encargados de llevar a cabo esta gran investigación de la mano con Loro Parque Fundación.
Al mismo tiempo, incita a educar y concienciar sobre la importancia de tomar acciones para proteger la biodiversidad marina que cada día es víctima de las acciones humanas.