Tourinews ha tenido la oportunidad de entrevistar a María Mercedes Jiménez Sarmiento, científica titular del Centro de Investigaciones Biológicas Margarita Salas, uno de los centros de investigación del Consejo Superior de Investigaciones Científicas (CSIC). Concretamente, Mercedes Jiménez trabaja en el grupo de Bioquímica del sistema de visión bacteriana y, además, es integrante de la Plataforma Salud Global, creada por el CSIC, que actualmente está trabajando en más de 15 proyectos científicos relacionados con el coronavirus, incluyendo el desarrollo de una vacuna.

Y es que, precisamente, la vacuna se postula como “la solución” a la pandemia “a medida que se estudia más la enfermedad”, ha señalado Jiménez, asegurando que “están rigurosamente probadas” y son “seguras y eficaces”. No obstante, la científica también advierte que la vacunación generalizada es un proceso que nos permitirá recuperar nuestra vida normal, pero que su funcionamiento está sujeto a que todo el mundo se vacune y se consiga la inmunidad de rebaño tan esperada. “Yo deseo que sea a finales de este año”, señala . Mientras tanto, anima a que la población siga aportando su granito de arena respetando las medidas establecidas para evitar la transmisión del virus.

Pregunta (P): ¿En qué consiste el trabajo del Centro Margarita Salas?

Respuesta (R): El Centro de Investigaciones Biológicas (CIB) Margarita Salas es un centro del CSIC, la agencia estatal de investigación pública más importante de España, donde hay más de 10.000 trabajadores que colaboramos y aportamos nuestros conocimientos, investigaciones y trabajos para el avance de la ciencia en España. En concreto, el CIB es un centro multidisciplinar donde las ciencias biológicas, fundamentalmente la investigación básica y también la aplicada, se centran en aspectos tan diversos como la generación de bioplásticos para el medio ambiente, el desarrollo de modelos para estudiar el cáncer y, ahora mismo, trabajan virólogos para estudiar todas las consecuencias de la Covid-19 y el desarrollo de la enfermedad en animales de experimentación. Es un centro que abarca muchísimos temas biológicos, pero donde ahora mismo se tienen bastantes líneas enfocadas a aportar soluciones para la pandemia que estamos viviendo.

P: Están trabajando en 15 proyectos científicos relacionados con el Covid-19, ¿es así?

R: Los 15 proyectos pertenecen solo al CIB Margarita Salas, pero el CSIC tiene muchísimos más dedicados exclusivamente al Covid-19. Pero en el centro donde yo trabajo, efectivamente, hay 15, incluido también un desarrollo de vacuna, que tardará más que las que están saliendo ahora, pero que sigue su curso. De hecho, en el CSIC, en total, hay tres vacunas que se están desarrollando y se están comenzando a estudiar.

P: A principios de la pandemia entrevistamos a varios científicos y todos nos hablaban de varios años de desarrollo hasta tener una vacuna fiable o comprobada. ¿Qué ha sucedido para tener una o varias ya disponibles?

R: Ha ocurrido una conjunción de factores que nunca se había dado antes en la historia. Lo primero, la dedicación tan importante de muchísimos recursos humanos y financieros para el desarrollo de la vacuna. Y no una, sino varias porque la vacuna, a medida que se estudia más la enfermedad, se puntualiza como la solución a este problema global que es la pandemia por Covid-19. Ha sido esa conjunción de factores y, sobre todo, el desarrollo de tecnologías que ya estaban estudiándose e investigándose y que iban a comenzar a avanzar más hacia el desarrollo de curación de enfermedades, estudios de distintos tipos y grupos de investigadores que ya investigaban sobre otros coronavirus de los que hemos padecido algunas enfermedades como en el 2002 o en el 2009.

Había un conocimiento previo importante, esto no ha salido de la nada, no hemos empezado a estudiar el Covid-19 desde diciembre de 2019 o enero del año pasado, no. Luego, se han ido desarrollando muy rápidamente los estudios clínicos porque se han ido solapando, no han esperado a tener los resultados publicados para empezar la siguiente fase. Pero todas las vacunas están rigurosamente probadas, han seguido unas fases de aprobación y de estudio para ver que, efectivamente son seguras y eficaces.

P: ¿Quiere decir que ha sido una oportunidad histórica para la ciencia?

R: Totalmente. Ahora mismo los científicos estamos interveniendo en programas sobre turismo porque la gente se pregunta "¿Y esto por qué ha venido? ¿Y cómo es? ¿Por qué las vacunas tan rápido?"  Es una oportunidad también para que la ciencia se abra a la sociedad, que realmente son los depositarios de ese trabajo y de ese conocimiento que realizamos en los laboratorios, pero que tiene que revertir en soluciones y en avances para toda la sociedad. Es una oportunidad única para la ciencia, efectivamente, así ha sido.

P: Y la motivación para esta velocidad, ¿cuál ha sido? ¿Salvar la humanidad, salvar las economías, un negocio farmacéutico…?

R: La motivación ha sido encontrar la solución lo más rápido posible. Cuando se empezaron a utilizar tratamientos en los hospitales, en un principio, se desconocía prácticamente todo: cómo evolucionaban los pacientes, por qué la diferencia de edad, por qué el sistema inmunitario es distinto, por qué unos medicamentos que ya estaban aprobados no funcionan tan bien como se esperaba… Eso ha llevado a que muchísimos de los esfuerzos se hayan volcado en la vacuna.

Desde que nacemos nos vacunamos contra muchas enfermedades que han sido erradicadas gracias a eso. Gracias a esa inmunidad total, esos microorganismos patógenos no nos afectan ni nos producen la enfermedad, porque nuestro sistema inmune está preparado y se va a defender. Eso es, en definitiva, el proceso de vacunación, que funciona si todo el mundo se vacuna y se consigue la inmunidad de rebaño, pero de una forma mucho más eficaz y rápida que dejándose infectar. Porque eso lo que acarrea son consecuencias como las que estamos viendo: mucho sufrimiento, fallecimientos cada día… La vacunación trata de evitar eso cuanto antes.
 

P: Estamos ante una situación en la que el turismo depende de la ciencia y todas las esperanzas están puestas en la vacuna. ¿Será la vacuna la solución definitiva para recuperar los viajes?

R: Sí, es la solución definitiva. Eso no quiere decir que no tengamos que seguir aportando nuestro granito de arena respetando todas las medidas que nos recomiendan como la distancia de seguridad, el uso de la mascarilla… Eso, de momento, es inevitable, pero la vacunación generalizada es un proceso que nos permitirá recuperar nuestra normalidad, cuando esté todo el mundo vacunado y la transmisión del virus sea prácticamente nula. Se puede comparar con la vacuna de la gripe.
 

Todos los años nos tenemos que vacunar, sobre todo las personas más vulnerables, porque son enfermedades que producen fallecimientos, sobre todo, durante el invierno, pero no nos impide llevar una vida normal. Entonces, la vacunación trata de eso, de volver a coger nuestras costumbres, nuestra economía, nuestros negocios… Porque es cierto que ha afectado muchísimo a la economía de muchos países, incluido el nuestro, porque dependemos del sector turístico.

P: Y después de la vacuna, ¿qué? ¿Habrá que seguir implantando otras medidas? ¿Habrá que vacunarse cada cierto tiempo?

R: Todavía no lo sabemos. Lo que sí es cierto es que las vacunas que hay ahora y las que van a llegar sí que otorgan una protección para no desarrollar la enfermedad. Entre los millones de personas que están vacunadas prácticamente no hay casos, lo que quiere decir que las vacunas protegen y que eso va a llevar, poco a poco, a que el virus circule cada vez menos y nuestro sistema sanitario esté cada vez menos saturado.

Será entonces cuando se pueda ir volviendo a la normalidad, que será cuando prácticamente todo el mundo esté vacunado. ¿Que luego viene otra cepa del coronavirus u otra enfermedad? Bueno, eso ya se tiene que ir viendo porque, a priori, no se puede saber. Pero lo que sí se espera es que cuando la mayor parte de las personas estén vacunadas y protegidas, la movilidad ya no esté tan restringida y se puedan ir levantando esas medidas de prevención que tenemos ahora. Y dependiendo de lo que dure esa protección, se puede vacunar de nuevo a toda la humanidad o, a lo mejor, solo a las personas mucho más vulnerables. Todo eso se tiene que ir viendo, todavía es relativamente pronto.

P: En el sector turístico, como en tantos otros, se habla de la inmunidad global. Hasta que eso suceda, ¿qué recomendaría como científica y como turista?

R: Hay que seguir haciendo lo que hemos hecho hasta ahora, que hemos visto que funciona para prevenir la transmisión del virus. Yo he realizado algún viaje de trabajo cuando se ha podido, he ido a hoteles con la mascarilla, higiene de manos, distancia de seguridad… Ahora mismo, los hoteles están prácticamente vacíos, con lo cual eso es relativamente fácil de seguir. Pero quizás implementar algunas normas, por sentido común, como la  de evitar las aglomeraciones, por lo menos de momento hasta que se vaya viendo que el proceso global de vacunación se va implementando poco a poco. También la petición de una PCR se puede establecer como un requisito antes de ir a un determinado sitio; de hecho, ya está implantado en muchísimos países para acceder, aunque hay que tener en cuenta que te dice que no estás contagiado el día que te la realizas, pero puede que te hayas contagiado dos días antes y aún no se haya desarrollado. La enfermedad es así, hay que conocerla bien en ese sentido.
 

P: ¿Cuándo cree que podremos viajar de nuevo con normalidad?

R: Yo deseo que sea a finales de este año. A mí me gustaría que por esas fechas la situación estuviera lo más normalizada posible y ver que los contagios son mínimos y que la mayoría de la población estamos protegidos. No solo nosotros, en el primer mundo, sino también el resto del planeta. Que, poco a poco, el desarrollo de vacunas se vaya acelerando para dar un acceso universal. Ese es mi deseo. Y yo espero que a finales de este año y, sobre todo, que el 2022 sea ya un año de recuperación de nuestra vida normal en todos los sentidos. Con algunos aprendizajes que se quedarán y tendremos que asumir, pero con una vida mucho más recuperada.

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