La relación entre las entidades de gestión de los derechos sobre la Propiedad Intelectual y los establecimientos hoteleros no es solo complicada en España, donde tras un largo conflicto se han determinado las tarifas que tendrán que abonar obligatoriamente los hoteles por la difusión de contenidos en las televisiones en sus habitaciones. En México también existe "un tira y afloja".
Toni Chaves, presidente de la Asociación de Hoteles de la Riviera Maya (AHRM), explica que es imposible verificar qué tipo de consumo de producciones audiovisuales se realiza en las habitaciones, ya que estas tienen la consideración legal de "domicilios privados". No obstante, se muestra convencido de que "se llegará a un consenso entre el sector y las entidades que cobran los derechos de autor" siempre que se pulan aspectos como la "doble imposición".
Pregunta (P): ¿Cómo funciona en México la gestión de los derechos de autor de los productos musicales o audiovisuales que se reproducen en hoteles, bares, etc.?
Respuesta (R): Es algo similar a España, aunque aquí una parte de la ley considera las habitaciones hoteleras como domicilios privados, por lo cual no existe la capacidad o la certeza jurídica para hacer una verificación de las habitaciones. En lo que denominamos las áreas nobles del hotel —como el lobby, el bar, etc.— nosotros nos acogemos a que estas músicas o vídeos que se reproducen son contratados con plataformas como Sky que ya pagan esos derechos para poder reproducir esas canciones, entonces sería una doble tributación. Hay un movimiento fuerte porque antes había una asociación que representaba los derechos de autor, pero ahora salieron muchas más a la sombra de esta en cuanto a reproducción de vídeos y otros muchos temas. Lo que se está procurando, junto con el Gobierno Federal y los estatales, es legislar este tipo de situaciones, porque el marco jurídico tiene algunos temas que entran en conflicto. Hay un tira y afloja.
P: Cuando un cliente entra en una habitación de hotel, ¿se entiende que es su domicilio privado temporal?
R: Sí, correcto. La ley así lo dice. Entonces, los gestores de derechos dicen que es un hotel y nosotros defendemos que ciertamente es un hotel, pero está contratado como el que renta una vivienda por medio o largo plazo y se considera su domicilio privado. Como no hay una especificación en la ley que indique que el arrendamiento debe ser de uno, 30 o 365 días, para nosotros es un domicilio privado.
P: ¿Cree que el pago de los derechos de autor y de productor va a evolucionar en los próximos tiempos en México?
R: Yo creo que sí, que al final se llegará a un consenso aquí entre el sector y las entidades que cobran los derechos de autor, pero sí tendríamos que legislarlo bien. Como he dicho, si nosotros le pagamos a una plataforma que ya abona derechos de autor, ¿por qué tengo que pagarlo yo otra vez? En este sentido, la ley indica que no puede existir doble tributación. Habrá que ver alguna forma donde se llegue legalmente a deslindar este tipo de conflictos. O las plataformas bajan sus precios y no pagan el derecho de autor y nos lo traspasan a nosotros, o nosotros tendremos que seguir amparándonos en el sentido de que esas terceras plataformas ya pagan derechos de autor.
P: ¿Qué valor tiene la música y el audiovisual para un hotel y para el desarrollo de las vacaciones de un turista?
R: Yo creo que es un punto más y algo que, lógicamente, se tiene en consideración. Que se reproduzca una música en una zona del hotel o cenar en un restaurante hace agradable tu estancia. Yo sí creo que la música es algo que ayuda, pero el tenerla o no, bajo mi concepto muy personal, no hace que un cliente decida ir o no a un hotel. Creo que no es un punto determinante para que una persona elija ir a un hotel. ¿Es algo importante? Yo creo que sí. Es agradable, es cómodo y es parte de ese concepto que rodea a las vacaciones, el sentirte a gusto. No es lo mismo estar en un restaurante o en un bar con una música agradable que amenice tu momento a no tenerla, pero no creo que alguien deje de ir a un hotel porque tenga o no música en el bar. Nosotros sí estamos de acuerdo en que hoteles ‘todo incluido’, donde se hacen shows musicales por el propio personal del hotel sí se paguen unos derechos, pero no por la música ambiental que es subcontratada.