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“Creemos que el corredor del norte de España funciona por la gastronomía y ahora por el arte”
Mireia Massagué, directora del Museo Chillida Leku, destaca que su promoción se basa en “buscar complicidades” con los hoteles, la agencia de turismo de Donosti y con Basque Tours
“En San Sebastián las camas turísticas se están ampliando, y se puede decir que se está en un momento muy atractivo. Eso también nos nutre a nosotros”, señala Mireia Massagué, directora del Museo Chillida Leku, en una entrevista en Tourinews.
El Museo de Chillida Leku, fundado en Guipúzcoa en el año 2000, es un espacio de jardines y bosques donde el escultor Eduardo Chillida repartió una muestra de su obra. Massagué destaca que “buscamos actividades para atraer a ese turista, que solo por el hecho de ser un museo no estaríamos en su primera opción”, además explica que cuando un visitante les descubre “implica una repetición”.
Pregunta (P): ¿Cómo definiría el Museo Chillida Leku?
Respuesta (R): Quizás la palabra museo se le queda corta porque si buscamos el origen de la palabra “Leku” en euskera significa lugar. Por lo tanto, es el lugar de Eduardo Chillida. El Museo es un espacio donde Chillida creó y empezó a idear en los años 80 a fruto de su interés y su creación artística. Esto evoluciona por más de 15 años y en el año 2000, fecha próxima a su muerte, se abre como un museo y un legado. Entonces encontramos un espacio de 11 hectáreas donde descubrimos una parte de campo, una parte de bosque, y una pieza central que es el caserío de Zabalaga, la casa del siglo XVI, un caserío típico vasco que fue el que le robó el corazón a Eduardo Chillida. Este caserío ha sido la pieza central durante 14 años que él estuvo trabajando junto al arquitecto Joaquín Montero para rehabilitarlo y crear una pieza de arte, dejando su esencia, esas paredes de piedras, esas columnas de madera y creando unos espacios de luz para que el exterior entrara en el interior.
P: ¿Ha sido una ventaja a lo largo de la pandemia al ser un sitio abierto?
R: Realmente lo notamos muchísimo. En el País Vasco tenemos a veces un tiempo inestable, y por eso está todo verde, porque llueve lo suficiente para que todo esté verde reluciente. Quizás años anteriores la gente encontraba un espacio abierto con este tipo de clima, algo que no favorecía. En cambio, creo que el paso con la pandemia nos ha vuelto a acercar al disfrute de estar al aire libre y al contacto con la naturaleza. Eso nos ha permitido reforzar el discurso que damos como este espacio natural, tal y como el escultor lo imaginó, como un bosque de esculturas donde la gente se puede perder en él. Hemos reivindicado el espacio como un espacio de bienestar, el estar en contacto con la naturaleza está demostrado que tiene beneficios para nuestra salud, también lo es el estar en contacto con el arte. Entonces sí, la respuesta después de la pandemia nos sorprendió a nosotros mismos.
P: ¿Cuál es el perfil del turista o del visitante de Chillida Leku?
R: Estamos muy cerca, a 8 kilómetros de San Sebastián (Donostia), que ha sufrido en los últimos años debido a que ha tenido una evolución turística muy importante. Las camas turísticas se han ampliado, y se siguen ampliando, y se puede decir que se está en un momento muy atractivo. Eso también nos nutre a nosotros. Después de un tiempo con un perfil más bajo, el museo reabrió con una serie de reformas, aumentando los servicios para los visitantes con una cafetería nueva, con una tienda nueva y con un nuevo espacio para descubrir a Chillida. Todo esto lo hemos notado en el perfil de visitante que, si no tenemos en cuenta las circunstancias de la pandemia, es muy parecido al que visita San Sebastián y el del resto del estado. También, el francés por la proximidad con la frontera son los principales visitantes. Aunque luego encontramos el público anglosajón… inglés, británico, americano y australiano como unos de los principales visitantes. Después, por supuesto, el resto de Europa como puede ser el público alemán, el belga y los países nórdicos son también un público muy importante. También, hay hasta 40 nacionalidades distintas que nos visitan desde Latinoamérica y últimamente estamos viendo muchos mexicanos, asiáticos, japoneses y que también han tenido especial interés por esta región. No debemos olvidar que el norte de España se ha caracterizado por un turismo gastronómico muy importante. Este año el Museo Guggenheim ha hecho 25 años de apertura, por lo que lleva trabajando el público de arte y de calidad desde hace muchos años. Nos hemos nutrido de este esfuerzo y de esta apuesta que se hizo aquí en el País Vasco. Y, no hay que olvidar, que hay otros agentes como el Centro Botín, que abrió en 2017 en Santander, y está a 1 hora de Bilbao. Creemos que este corredor del norte, este corredor cantábrico, realmente funciona mucho tiempo por la gastronomía y ahora por el arte.
P: ¿Cómo se consigue que todos esos visitantes del territorio se enteren de que está Chillida Leku en Hernani? ¿Cómo lo promocionan?
R: Es una gran pregunta porque es uno de los principales retos. A pesar de que el museo es un principal atractivo turístico para la zona, nuestros presupuestos en marketing son escasos como el resto de presupuestos que manejamos. Por lo tanto, sí que tenemos que buscar alianzas y complicidades con el sector a través de los hoteles porque son los principales prescriptores junto con todos los clientes que reciben. También, con la agencia de turismo de San Sebastián o BasqueTour que son los aparadores para touroperadores o para otros mercados que pueden hacer esa captación. Y después, desde nuestras acciones más directas, nosotros en verano, que tenemos esa ventana donde todavía se puede gozar más del exterior, programamos una serie de actividades fuera de la exposición. De manera que tenemos la capacidad de atraer a un público que quizás no se acercaría al museo si no fuera gracias a organizar estas actividades. Entre ellas están practicar yoga con un desayuno en el museo, conciertos al atardecer, cenas y visitas con el museo cerrado. Es decir, buscamos esas actividades que sabemos que atraerá a ese turista, a ese visitante, que quizás solo por el hecho de ser un museo no estaríamos en su primera opción. Aunque, cuando nos descubren sabemos que eso implica repetición.
P: ¿Qué tipo de relación tienen con las autoridades? ¿Les ayudan con la promoción?
R: Somos un museo privado y eso, por supuesto, te deja menos ventana con la administración porque tiene tantos espacios públicos que les dan más prioridad. Eso es un tema de las personas, creo que las instituciones las hacen las personas y cómo trabajamos estas estrategias de relaciones públicas para acercarnos tanto a la administración más local como al Ayuntamiento de Hernani, con el que tenemos un convenio, y el Ayuntamiento de San Sebastián que también tenemos una relación cercana. Después vamos subiendo a Guipúzcoa, la diputación, el Gobierno vasco… es decir, es un tema realmente complejo cuando nos acercamos a elecciones y vuelven a cambiar los representantes. Se trata de un trabajo diario y de poner en valor todo lo que se puede apostar al territorio, teniendo en cuenta la gran competencia que hay en el espacio público. Es verdad que buscamos crear programas conjuntamente para tener también estos lazos y estas ventanas más abiertas.
P: Es una institución privada, pero resulta un activo muy importante para el norte… Es curioso que las administraciones públicas no lo tomen como un activo 100%
R: El museo abrió en el 2000, tiene 22 años y tiene toda una historia. El museo es fruto también de toda su historia, pero podemos decir que en estos momentos y encarando el 2024, que será en centenario de Chillida, realmente es un momento especial para nosotros. Creo que cada vez más es un momento para reivindicar el legado de un artista que quiso que estuviera en el País Vasco porque no se entiende Chillida sin entender que sus raíces estaban aquí.
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