El pasado 30 de enero, la compañía aérea Qantas realizó el primer vuelo transatlántico operado con biocombustible.
Este hito se produjo en el trayecto entre Los Ángeles (Estados Unidos) y Merlbourne (Australia), operado por un Boeing 787-9 Dreamliner. En total se usó un 10% de combustible creado a base de Carinata (semilla de mostaza), una medida que redujo en 18.000 kilogramos las emisiones contaminantes del vuelo.
Para 2020, la aerolínea australiana espera utilizar de forma rutinaria estos biocombustibles.