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Se retira el capitán Carlos Dárdano, leyenda de la aviación mundial

El 24 de mayo de 1988 fue artífice de una de las mayores hazañas de la aviación: aterrizar un Boeing 737 con los motores apagados, sin daños para el avión o los pasajeros

Tras 49 años de servicio, el Capitán Carlos Dárdano ha “colgado” sus alas en la aviación comercial. Este piloto salvadoreño no es solo un ejemplo de superación, al ser el único piloto que voló con un solo ojo, sino que también protagonizó una de las mayores proezas de la aviación mundial que ayudó a mejorar la seguridad de las aeronaves.

Un pionero que rompió barreras


La vida de Dárdano ha estado marcada por su pasión por la aviación, de la que ni siquiera un desafortunado incidente durante la Guerra Civil de El Salvador pudo apartarle. Cuando pilotaba un avión de carga DC-3, una bala perdida impactó con su cabina y perdió su ojo izquierdo.

En lugar de alejarse de la profesión, rompió todas las barreras al obtener el visto bueno de la Administración Federal de Aviación (FAA) para operar aviones comerciales. Se convirtió así en el único piloto con un solo ojo.

 

El milagro de Nueva Orleans


Si alguien tenía dudas de que podía realizar su actividad con una total profesionalidad pese a su discapacidad, todas se disiparon el 24 de mayo de 1988 cuando protagonizó una de las mayores hazañas de la aviación mundial: el aterrizaje exitoso del vuelo 110 de TACA, que es comparado en muchos casos al milagro sobre el Hudson del comandante Sully.

A los mandos de un Boeing 737-300 recién adquirido por la compañía salvadoreña, cubría la ruta que unía Belice con Nueva Orleans (Luisiana, Estados Unidos), con escala técnica en El Salvador. A bordo viajaban 45 personas: tres pilotos en cabina, 4 auxiliares de vuelo y 38 pasajeros.

Cuando el avión, con matrícula N75356, se aproximaba al área de aterrizaje, el mal tiempo hizo acto de presencia. Los radares meteorológicos indicaron una vía segura para maniobrar evitando las peores condiciones climáticas; sin embargo, las indicaciones eran erróneas y el avión atravesó áreas de fuerte lluvia y granizo sufriendo sacudidas hasta que, a 16.500 pies de altura, los motores se apagaron debido a “la ingestión masiva de agua”.

Los pilotos consiguieron arrancar la unidad auxiliar de potencia para poder reactivar los sistemas esenciales, pero el avión seguía en fase de planeo con los motores totalmente parados. Las posibilidades de llegar planeando al aeropuerto o de amerizar fueron descartadas, por lo que se optó por aterrizar en un campo de césped de forma que ni la aeronave ni ninguno de sus ocupantes sufrió daño.

El incidente del vuelo 110 de TACA sirvió para se revisase al completo el diseño de los motores del Boeing 737-300, pues se habían producido errores en la fase de pruebas de los mismos. También encumbró a Dárdano al olimpo de los pilotos. ¡Que disfrute de un merecido descanso!

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