La crisis del coronavirus ha supuesto una hecatombe para las aerolíneas. Las restricciones para viajar, en aras de evitar la propagación de la enfermedad, han provocado el desplome de la demanda y la paralización casi total de este sector.

Ante este escenario, Ryanair, a través de una carta firmada por su CEO, Eddie Wilson, se ha dirigido a todo su equipo para comunicarle sus planes de recuperación de la actividad, que incluye la destrucción de empleos, recortes salariales y la reducción de la flota, entre otros ajustes.

La situación de la aerolínea irlandesa, considerada la madre de las 'low-cost', pone en jaque los vuelos individuales, es decir aquellos que no forman parte de un paquete vacacional, poniendo en riesgo otros servicios que están en sintonía con este modo de viajar, como es el alquiler vacacional. 

Recuperación de la demanda

La aerolínea no espera recuperar el volumen de pasajeros anterior a la pandemia hasta el verano de 2022, “como muy pronto”. Por ello, ajustará sus operaciones a una “demanda más débil”, una vez se levanten las restricciones para viajar y se recupere, poco a poco, la “normalidad”.

De esta manera, espera operar menos aviones en verano e invierno de 2020, situación que se repetirá en el verano de 2021 “en adelante”. Precisamente, incidió en que está revisando sus planes de crecimiento y los pedidos de aviones, para poder reducir el número de entregas “previstas para los próximos 24 meses”.

Destrucción de empleo

Esta reducción de la demanda, prosigue la bajo coste, supone “desafortunadamente” la pérdida de hasta 3.000 puestos de trabajo, así como recortes salariales de hasta el 20%, que podrían hacerse efectivos a partir del próximo julio. Ryanair también prevé el cierre de bases en toda la Unión Europea.

En este sentido, enfatizó que comenzará las negociaciones con los sindicatos que representan a los pilotos y tripulantes de cabina a partir de esta semana, aunque los recortes también afectarán al personal de las oficinas centrales. 

Desventaja frente a competidores

En este apartado, puso de relieve las ayudas estatales millonarias que están recibiendo algunos de sus competidores, algo que le sitúa en una posición de desventaja y que tildó de "desafío". Y es que considera que estas ayudas servirán para ofrecer billetes más baratos, con el objetivo de captar a unos clientes cuya confianza en los viajes se “verá afectada por las restricciones de salud pública”.

En concreto, puso como ejemplos los casos de Grupo Lufthansa, Air France-KLM, Alitalia, SAS y Norwegian y aseguró que impugnará sus rescates “ilegales” ante los tribunales de la U.E., “para proteger la competencia leal en el mercado europeo de la aviación”. Como consecuencia, ha solicitado a los gobiernos de los Estados miembros que reduzcan los impuestos sobre pasajeros, como las tasas aeroportuarias.

Vuelta a la normalidad y perspectivas

La recuperación de la actividad, según la aerolínea, dependerá de si los gobiernos de la U.E. levantan las restricciones para viajar a finales de junio o principios de julio. Para entonces, Ryanair no espera operar más del 40 o 50% de los niveles habituales de julio y agosto, algo que estará sujeto a la demanda de los consumidores.

Con respecto a las perspectivas de futuro, la ‘low-cost’ señaló que la incertidumbre que genera esta crisis le impide ofrecer pronósticos sobre el año fiscal, que termina en marzo de 2021. Para el primer trimestre, sin embargo, ha registrado una pérdida neta superior a los 100 millones de euros. 

"Los próximos 12 meses en particular serán muy difíciles. Tenga la seguridad de que haremos todo lo que esté a nuestro alcance para minimizar el impacto de esta crisis sin precedentes en los puestos de trabajo, pero desafortunadamente el nuevo panorama de nuestra industria, con la reducción de la actividad, significa menos empleo para nuestras tripulaciones", concluye la misiva firmada por Wilson.

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