Cerca de cinco años han tenido que pasar desde la quiebra de Thomas Cook para que los acreedores no garantizados tengan noticias sobre posibles pagos.
En la página web dedicada a la liquidación del gigante turístico, el administrador concursal, David Chapman, ha comunicado que ya se han vendido todos los activos, incluidos las franjas horarias en aeropuertos, sus inversiones hoteleras y sus agencias de viajes y que realizarán una “primera y última distribución” para cubrir los pagos pendientes a acreedores cuya deuda no estaba garantizada.
En un procedimiento de quiebra, hay varios tipos de acreedores que tienen preferencia: por un lado, los de carácter institucional, y, por otro, los denominados como acreedores garantizados, cuyo derecho de cobro está respaldado por un activo, como es el caso de entidades financieras o bonistas. Una vez cubiertas, el dinero sobrante se destina a los no garantizados.
El total sobrante a repartir en este caso es de 270 millones de libras (aproximadamente 320 millones de euros). Cabe recordar que, en su momento, el Ministerio de Turismo cifró en más de 260 millones de euros la deuda del grupo con los más de 600 hoteles españoles afectados. Partes de dichas cantidades adeudadas fueron cubiertas por seguros de pagos o por el Gobierno Británico (las incluidas en paquetes combinados), pero no la totalidad.
Chapan recomienda a aquellos acreedores que no hayan acreditado su deuda, que se registren y hagan su reclamación antes del 2 de agosto. Las entidades que cumplan con los requisitos recibirán sus pagos antes del 2 de octubre de 2024. El reparto será proporcional.