Según Business Insider, en días recientes tanto Boeing como JetBlue han realizado importantes inversiones en una startup que pretende cambiar de arriba abajo nuestra idea de lo que significa volar.
Se trata de Zunum Aero, empresa que investiga las posibilidades de diseñar aviones con un sistema híbrido de propulsión. En otras palabras, los suyos son diseños que encomiendan a una serie de potentes baterías la tarea de mantener los aparatos en vuelo. Estas aeronaves no dejarán nunca de contar con motores diesel como las actuales, pero su función será más bien la de estar disponibles únicamente en caso de necesidad.
Por el momento, no se conocen los detalles de la inversión realizada ni ninguna fecha de producción del proyecto, aunque se espera que este tipo de avión pueda estar surcando los cielos en la próxima década.
La gran ventaja de este posible cambio de paradigma aeronáutico es la promesa de un tráfico aéreo más amable con el medioambiente, con un 80% menos de emisiones que los aviones tradicionales. En dicho escenario también se vislumbran entornos y aparatos de un tamaño más reducido, con capacidad de 10 a 50 pasajeros, pero también más limpios, que hagan menos ruido y con capacidad para aterrizar en pistas más cortas, como las de los aeropuertos regionales. Al despegar y aterrizar más cerca de los lugares de destino de sus pasajeros, estas aeronaves brindan también la promesa de un itinerario más eficiente.
Esta posible nueva configuración para el tráfico aéreo recuerda en muchos de sus rasgos a los inicios de la aviación comercial, con menos tráfico de personas por los controles de seguridad y colas más cortas, con viajes más cómodos y menos multitudinarios.
Con la inversión realizada, Boeing y JetBlue demuestran que el sector contempla con ilusión las posibilidades de un futuro no tan lejano, en el que la experiencia de volar se vuelva más tranquila y más íntima, en un entorno más sostenible y ecológico, pero sobre todo mucho más eléctrico.