El proyecto de Presupuestos de Baleares para 2022 no tiene previsto destinar el dinero que recaude con el Impuesto de Turismo Sostenible (previsto en 140 millones de euros) a propuestas ambientales, sino a financiar los gastos e inversiones derivados de la pandemia del Covid-19. Esta situación ha desencadenado una polémica con empresarios turísticos y ecologistas del archipiélago, que han trasladado públicamente sus quejas al considerar que el impuesto queda desvirtuado.
El decreto que desarrolla la aplicación de la ‘Ley 2/2016 del impuesto sobre estancias turísticas en las Illes Balears y de medidas de impulso del turismo sostenible’, establece que todos los turistas que pernocten en Baleares deben pagar la ‘ecotasa’ de entre dos y cuatro euros en función de la categoría del hotel en el que se hospeden.
Estos fondos deberían ser destinados a proyectos para la protección del medio natural, rural, agrario y marino o el fomento de la desestacionalización turística con campañas de promoción del turismo sostenible, entre otras.
Sin embargo, y según el citado proyecto, la Comisión de Impulso del Turismo Sostenible, encargada de aprobar los proyectos financiados con la ecotasa, no ejercerá sus funciones durante 2022, fijando su siguiente reunión para los presupuestos de 2023. Por lo tanto, el Govern balear podrá decidir a qué destina las inversiones el próximo año sin necesidad de tener que someterlas a la supervisión del citado organismo.
Repercusión en Alemania
Diarios alemanes como Mallorca Magazin, dirigido a los turistas alemanes que visitan la isla mallorquina, o Reise vor9 se han hecho eco de esta noticia. Así, destacan que el dinero cobrado a los turistas que pernoctan en Mallorca y las demás islas del archipiélago no se destine para su cometido original, ya que el Parlamento balear ha decidido suspender las funciones de la Comisión encargada de distribuir los fondos, que prevén sean de 140 millones entre 2021 y 2022.