Buscando en Internet se puede leer que la inversión de la empresa de la familia Kiessling en el Siam Park de Maspalomas podría ascender a unos 62 millones de euros (no sé si incluye el hotel previsto). Bienvenido sea ése dinero y que aumente la oferta de ocio para el gran destino turístico de Canarias y su icono, Maspalomas, con sus dunas, charca y palmeral, aunque todo esto esté un poco manga por hombro: las dunas desaparecen progresivamente; el palmeral abandonado como lo está el jardín/palmeral/laguna Tony Gallardo; los conflictos entre empresas han frenado la renovación de los establecimientos obsoletos (hoteles y centro comercial); los quioscos playeros llevan años en un almacén esperando el permiso de Costas… Pero bueno, el Cabildo ha presupuestado este año (¡por fin!) un tímido millón y pico de euros para el espacio natural y anuncia que incrementará la partida en futuros ejercicios. Mientras tanto, las instituciones miran para otro lado, por ejemplo, hacia la nueva playa artificial de Santa Cruz de La Palma (realizada con 25 millones de euros, según lo publicado, invertidos por el Gobierno del Estado).
Para explicar este asunto tengo que volver a contar la anécdota de la reunión en Madrid entre los Kiessling y el alcalde de San Bartolomé de Tirajana, Marco Aurelio Pérez durante la celebración de Fitur en 2012. Como comisario del 50 aniversario de Maspalomas Costa Canaria, andaba con Pepe Dámaso -autor de la imagen de la conmemoración- curioseando por los stands y la familia germana propietaria del Hotel Botánico, muy amigos de Pepe, le indicaron que querían hablar de un proyecto con el primer edil tirajanero, y allí mismo se produjo el contacto. En aquel momento los dueños del Loro Parque dudaban porque decían que sería muy difícil competir con el mejor parque temático de la isla: la playa de Maspalomas, pero ahí están y dicen que será el mayor parque acuático de Europa (no sé si será cierto o es el típico tópico tan manido para vender). Han pasado cinco años y parece que todos los trámites están a punto de concluir y comenzar las obras.
Pues así están las cosas. Un parque acuático privado con una inversión multimillonaria, mientras el gran parque temático –natural- de la isla sólo recibirá un -honroso- millón y pico de euros. Y planteo este asunto porque el disputado voto del diputado de Nueva Canarias (que se presentó junto al PSOE y además es concejal de Turismo en Las Palmas de Gran Canaria) , va a entrar en la mesa de negociación de los Presupuestos Generales del Estado con diferentes propuestas para mejorar la financiación de las Islas (a ver si de una vez se consolida un sistema y no tener que esperar que algún diputado tenga en su mano la balanza). Y entre otras cosas, ha anunciado que pedirá financiación para la MetroGuagua capitalina, pero no he oído nada de pedir a Costas que incluya financiación para recuperar el ecosistema dunar de Maspalomas. Cosa urgente y de la que depende un tercio del PIB insular y un poco más del empleo en la isla. Bueno, siendo justos, no vamos a culpar de este lamentable olvido en los Presupuestos del Estado al congresista Pedro Quevedo, ya que lo justo es compartir esa desidia con los otros siete diputados por esta provincia (3 del PP, 1 del PSOE, 2 de Podemos y 1 de Ciudadanos), creo que son todos de esta isla, por lo que probablemente sepan de lo que hablo. Y no cito a la Comunidad Autónoma porque si mal no recuerdo este tema compete a Costas que es un organismo del Gobierno Central (aunque el Gobierno de Canarias debe colaborar con el palmeral y también resolver el entuerto que ha provocado al aprobar un deslinde de la zona protegida que ha sido ‘tumbado’ por los tribunales porque en los planos marcaban una cosa distinta a lo que ponía el texto de la ley).
Eso, que hay mucho que hacer y no tanto para invertir en Maspalomas -y menos si se reparte entre todos-. Y así, con poco que hagan, tendremos un parque temático original, auténtico, natural, que competirá con cualquier destino turístico. El único oasis-playa de Europa.