Hace unos meses compré unos pasajes para ir con la familia a Málaga un fin de semana. Como no hay demasiados vuelos directos de Gran Canaria a Málaga, elegí uno de Vueling a pesar de saber a lo que me arriesgaba: cambios en los horarios a voluntad de la compañía. Ya me había sucedido en dos ocasiones anteriores (una vez me cambiaron un vuelo de la mañana a la noche; otra vez un vuelo directo por un vuelo con escala en Barcelona haciendo noche en Barcelona y sin que Vueling se hiciera cargo de la noche de hotel necesaria para pernoctar). Aun así, elegimos ese vuelo.
Como no puede ser de otra forma con Vueling, al mes de reservar el vuelo nos llegó el típico correo con un lacónico “IMPORTANTE: su reserva AXR4FC ha cambiado” y un detalle del nuevo itinerario. Torpe como soy, solo me fijé en el horario del vuelo. En vez de ser el sábado a las 8:30 de la mañana, el vuelo pasaba a ser a las 13:45 de la tarde. Eso significaba perder casi todo un día de los que íbamos a estar en el destino. Muy amablemente, la compañía me daba la opción de devolverme el dinero del vuelo. Claro, de hoteles y demás servicios contratados, nada de nada. Y de la subida de precios que habrían experimentado los billetes en ese tiempo, tampoco. A fin de cuenta, Vueling funciona así, un poco como las lentejas: o las tomas, o las dejas.
A pesar de todo, y luego de hablarlo, decidimos quedarnos con el vuelo. Cuál no sería mi sorpresa, un tiempo más tarde, cuando ya quedaba poco para viajar, cuando al ver mi calendario en Google Calendar para esa semana me encuentro con un vuelo ¡¡el viernes en vez del sábado!! Al principio, pensé en lo más lógico: me equivoqué al reservar y cometí un error con los días en el calendario, y en vez de reservar para el sábado, reservé para el viernes. Pero comprobé mi reserva original y no, había comprado para el sábado.
¿Qué había ocurrido? Que Vueling no solo me había cambiado de hora sino de día. Un vuelo del sábado a las 8:30 lo había pasado al viernes a las 13:45, así sin más ni más, y en el correo ni se había dignado a destacar este hecho.
Cuando miré el cambio de reserva solo pensé en un cambio horario. Ni se me ocurrió que, además, hubiera un cambio de día. Menos mal que Google es un rato más listo y no presupuso nada. Tuvo la inteligencia de mirar en mi correo, darse cuenta del cambio de hora y de fecha, y me puso en mi calendario un nuevo horario. Gracias a eso, no me presenté el aeropuerto con toda la familia el sábado a mediodía para descubrir que el vuelo había salido 24 horas antes…
Moraleja de esta historia:
- Confía en Google.
- No confíes en Vueling.
P.D.: Por si te quedaba alguna duda, y como era de esperar, a Vueling le importó un pimiento que tuviera que hacer una noche adicional en Málaga. Te garantizo que reservar alojamiento en Málaga a precios razonables para el fin de semana con menos de 7 de días de antelación no es tarea sencilla.