Ha aparecido una nueva manera de fomentar el turismo. Cada vez más ciudades invitan a sus visitantes a participar en una gran búsqueda del tesoro o geocaching . Sin embargo, los intrépidos que se animan a participar en estas aventuras no tienen que localizar un cofre enterrado por un pirata, sino que tienen que buscar, y encontrar, objetos cotidianos escondidos en los lugares más insólitos, también llamados cachés.
Se estima que actualmente hay más de 3 millones ocultos en 191 países. En España también los hay; por ejemplo, en Barcelona se calcula que hay unos 4.139.
Pueden estar en la copa de un árbol, el nido de un pájaro, en una céntrica avenida o bajo el mar. Algunos tesoros tienen asociadas web que explican por qué están en un determinado lugar. Muchos jugadores afirman que es una manera de hacer turismo y es que esta búsqueda lleva a los visitantes a sitios que no aparecen en las guías convencionales. También se erige como un nuevo modo de hacer deporte o de conocer gente.
La empresa Geocaching se encarga de colocar los tesoros . Por otra parte, es trabajo de los usuarios encontrarlos. El método para hacerlo es el siguiente: hay que descargar una app, crearse una cuenta y elegir un tesoro que rastrear con GPS. Es importante tener a mano un bolígrafo ya que al abrir el tesoro, el jugador encuentra un logbook (librito de registro) donde tienen que firmar, poner la fecha y volver a esconderlo sin ser visto y luego se comparte la experiencia 'online'. Es decir, los usuarios no se quedan con los premios.
También se organizan eventos en torno al geocaching. Recientemente en Aragón se celebró uno de estos encuentros que llenó los hoteles de algunas localidades. Allí se dieron cita jugadores de España, Francia, Portugal, Italia, Alemania, Gran Bretaña, Suiza, Andorra, Estados Unidos y Argentina.