Con el devenir de los tiempos, el número de turistas atraídos por ciertos destinos gracias a la literatura y el cine ha ido dejando un hueco a otros fascinados por el 8º Arte. Para los millennials, los videojuegos se han convertido en la principal forma de entretenimiento, haciendo de este género un canal idóneo para llegar hasta uno de los nichos de clientes más cotizados.

Para tomar perspectiva, en 2016 la industria facturó 1.163 millones de euros en España, según la Asociación Española de Videojuegos (AEVI). Estas cifras, los convierten en los líderes indiscutibles del ocio audiovisual. El país cuenta con 15 millones de jugadores que dedican a 6,8 horas por semana de media a esta afición. Destaca especialmente el alto grado de penetración entre el público más joven.

Las cifras son aún más mareantes a nivel mundial, el sector facturó 99.600 millones de dólares. Sin duda, un mercado por explorar y por entender para el turismo.

 ‘Game tourism’

A muchos les puede sorprender la existencia del ‘Game Tourism’. Esta práctica consiste en disfrutar de los videojuegos explorando el mundo que en ellos se plasma. Los usuarios ignoran las misiones o el combate, concentrándose en la ambientación, la arquitectura y la estética. Para ello, en ocasiones utilizan mods o programas específicos para evitar que sean molestados por enemigos mientras realizan sus tours virtuales.

Los propios desarrolladores ya han detectado que existe este perfil de usuario y para ellos crean logros u objetivos específicos. El juego Watch Dogs, ambientado en Chicago, invita a los jugadores a buscar los City Hotspots, los puntos más relevantes de la Ciudad del Viento donde pueden obtener información sobre su historia y su relevancia.

Infamous Second Son, que tenía lugar en Seattle, también refleja con gran detallismo los lugares emblemáticos de la ciudad del noroeste de Estados Unidos, en la que el famoso Space Needle es elemento fundamental en una de sus misiones.

La Space Needle de Seattle en Infamous Second Son

Hong Kong, Tokio, Washington, Barcelona o Los Ángeles también han sido inmortalizadas en universos 3D.

El credo de los asesinos

Si hay una saga que destaca sobre el resto en cuanto a su recreación de destinos que habitualmente protagonizan las guías de viaje es Assassin’s Creed. Los juegos que siguen la disputa entre los miembros de la hermandad de los Asesinos y los Templarios han llevado a los jugadores a numerosos enclaves de América, Europa, Asia y África.

Los escenarios y la ambientación siempre han tenido un papel esencial en la que se ha convertido en franquicia estrella del estudio francés Ubisoft con más de 100 millones de copias vendidas entre 2007 y 2016. Para la creación de cada uno de los juegos que componen esta trama que combina historia, acción y ciencia ficción se ha contado con equipos de documentación y con el asesoramiento de expertos historiadores como Maxime Durand, que finalmente se incorporó a la compañía.

Para su primera entrega, que tiene lugar durante la Tercera Cruzada, se recrearon ciudades como Acre, Damasco o Jerusalén, así como la fortaleza de Masyaf (Siria). Las limitaciones técnicas de este título quedaron paliadas por la trilogía que compone la historia de Ezio Auditore. La representación de Florencia, Venecia y los pueblos de la Toscana fue una maravilla artística, ayudada por el propio contexto. El nivel de detallismo es tal que muchos lo aprovechan para ofrecer guías turísticas a través de Youtube, explicando detalles sobre el desarrollo arquitectónico de las urbes.

Catedral de Santa María del Fiore en Assassin's Creed II

La Roma de los Borgia vino a corroborar la obsesión por la recreación de escenarios que ha caracterizado a la franquicia. La guinda la puso la representación de la que es la octava ciudad más visitada del mundo, Estambul (en aquel entonces Constantinopla). La Capadocia también recibe su dosis de protagonismo.

Constantinopla en Assassins Creed Revelations

Posteriormente abandonaron Europa rumbo a las Américas. Primero representaron Boston y Nueva York durante la Revolución Estadounidense de la mano de Connor Kenway, mientras que Aveline de Grandpré recorrió la histórica Nueva Orleans. Finalmente, a bordo del Jackdaw de Edward Kenway le tocó el turno a uno de los epicentros turísticos del mundo: El Caribe. Bahamas, Cuba y el sur de Florida son escenario de una gran aventura de piratas. Con motivo de la promoción de este juego, la filial española de Ubisoft y el Laboratorio de Arqueología Forense de la Universidad Autónoma de Madrid (UAM) se lanzaron a hallar los restos del corsario tinerfeño Amaro Pargo.

Con el regreso de los asesinos a Europa llegó la obsesión por la copia exacta. Con Unity se recreó la París de 1789 a escala 1:1, donde Versalles o la Bastilla aparecen fielmente reflejadas. La Londres victoriana siguió sus pasos, permitiendo a los jugadores corretear por Buckingham Palace o a infiltrarse en el Westminster.

No hay que dejar de lado sus spin-off o títulos secundarios. España (con ciudades como Zaragoza, Barcelona y Granada), China, India o Rusia también han tenido sus propias recreaciones en las tres dimensiones.

Sin embargo, esto son sólo aproximaciones si se tiene en cuenta el último gran proyecto de Ubisoft que verá la luz el próximo 27 de octubre: Assassin's Creed Origins. Encarnando a Bayek, se podrá vivir el origen de la hermandad en el Egipto de la reina Cleopatra y eso supondrá vagar por el Valle de los Reyes, explorar las Pirámides de Giza y navegar por el río Nilo. Pero esta vez la productora gala ha ido un paso más allá con el lanzamiento de 'Discovery Tour', una opción gratuita que se añadirá en 2018 y que invitará a los jugadores conocer la historia del país de los faraones.

Así, permitirán a los ‘gamers’ interactuar con la recreación del escenario 3D sin ningún tipo de limitación de tiempo y sin interrupciones. Discovery Tour contará con decenas de visitas guiadas por historiadores y egiptólogos, que ofrecerán información adicional sobre las Pirámides o la momificación. Jean Guesdon, director creativo de la obra, ha asegurado que para ellos “es un sueño hecho realidad poder ofrecer Discovery Tour by Assassin’s Creed: Ancient Egypt, un modo educativo creado específicamente para que la gente aprenda más sobre la increíble historia del Antiguo Egipto a través de la experiencia interactiva, hecha posible gracias a un videojuego".

Los viajes especializados

Sin embargo, los jugadores no sólo se limitan a vivir las experiencias a través de sus pantallas, sino que atraídos por las aventuras encarnadas en la ficción deciden desplazarse a los espacios en los que tuvieron lugar. El mismo Egipto podría ver sus cifras turísticas mejorar si Origins es un éxito de ventas.

Ya ha ocurrido en otros lugares como Estados Unidos. Los juegos post apocalípticos Fallout 3 y Fallout New Vegas llevaron a muchos jugadores a viajar a los restos de Washington D.C. y Las Vegas tras la Tercera Guerra Mundial. El Lincoln Memorial, la Presa Hoover o el desierto de Mojave se han convertido en lugares de culto para los fanáticos de la saga de la desarrolladora Bethesda.

Se trata de un movimiento que también ha sido percibido por el sector turístico, aunque aún de forma superficial. En destino ya se pueden encontrar productos específicos para este nicho de mercado. Berlín, por ejemplo, cuenta con Computerspiele Museum, un espacio creado en 1997 donde se recopilan 60 años de historia albergando la mayor colección de videojuegos del mundo. Este proyecto se desarrolló impulsado por el Bundestag, que aportó una financiación de 400.000 euros para la recopilación de piezas.

También han empezado a aparecer los primeros hoteles para amantes de este entretenimiento. Es el caso del The Arcade Hotel, que se abrió en Holanda en enero de 2016 y que ofrece consolas en todas las habitaciones. También en Asia se está produciendo un boom de los establecimientos para ‘gamers’. En Taiwán el  'I hotel'  está especializado en los defensores de la ‘PC Master Race’.

En definitiva, el fenómeno Pokémon Go ya demostró la gran cantidad de personas que comparten este hobby y que están dispuestas a desplazarse con tal de disfrutar y compartir su afición. Al sector no le queda más remedio que subirse a la ola del entretenimiento digital. antes de que no sea capaz de conectar con el público más joven que huye de los canales de distribución y promoción tradicionales. Empieza el juego.

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