Las redes sociales lo han vuelto a hacer, han cambiado, una vez más, las normas de lo establecido. Y es que, ya es posible canjear seguidores en Instagram por un plato de comida o una cena. Los hermanos Matteo y Tomaso Pittarello, que poseen la cadena This is not a sushi bar (Esto no es un bar de sushi), han tenido esta idea con motivo de la apertura, el 11 de octubre, de un nuevo local en Milán.
En concreto, los usuarios que posean entre 1.000 y 5.000 seguidores podrán degustar un plato gratis. Mientras, los que dispongan de entre 5.000 y 10.000 difrutarán de dos platos a coste cero; de 10.000 a 50.000 obtendrán cuatro elaboraciones; de 50.000 a 100.000 ocho; así como los que sean seguidos por más de 100.000 usuarios podrán comer gratis.
No obstante, comer en este local sí que tiene un precio, ya que los comensales deberán inmortalizar uno de los platos para subirlo a Instagram, acompañado del usuario de la cadena, @thisisnotasishibar, y el hashtag #thisisnotasushibar. La iniciativa tan solo está en marcha en el bar de la calle Lazzaro Papi 6 y no incluye ni la bebida ni 12 platos de la carta.
En este sentido, según ha recogido Cinco Días, los hermanos Pittarello han reconocido que los mejores patrocinadores "están en las redes sociales, especialmente en Instagram". Si la propuesta funciona, el local habrá ganado una enorme publicidad "gratis", a costa de la actividad de los usuarios de la red social.
El poder de las redes
Lo cierto, es que en las plataformas sociales habitan ciertos usuarios cuyas opiniones gozan de más peso que las del resto. Es el caso de los políticos o periodistas en Twitter, cuyos mensajes se ven empoderados por el cargo que ostentan. En este sentido, cabe la reflexión: Si Donald Trump emitiera un tweet criticando la Riviera Maya mexicana ¿cómo se resentirían los resorts y empresas vacacionales del lugar?
En los últimos años, las redes sociales también han logrado lo que parecía imposible, no han resucitado a un muerto, pero casi. La afición de los usuarios, sobre todo de Instagram, de fotografiarse junto al tren turco Dogu Ekspresi ha catapultado al ferrocarril a vivir uno de sus mejores momentos. Tal es así, que ha pasado de tener cuatro vagones a doce, que además suelen ir repletos a diario.
En ocasiones, no obstante, cambian las tornas. Por ejemplo, en septiembre del año pasado, el chef Jorge Lorenzo del local salmantino Tapas 3.0, recibió la petición de una influencer de Instagram: comer en su restaurante por subir una imagen de uno de sus platos a la red social y en su blog, lo cual conllevaría a un coste de 100 euros. Lorenzo denunció el hecho indignado y declinó la solicitud.