El viajero moderno busca cada vez más sitios poco convencionales para pasar sus vacaciones o hacer una escapada. No se dirigen a una agencia de viajes para hojear un catálogo, sino que buscan sitios con ‘personalidad’, muchas veces recomendados en redes sociales por influencers de viajes.
Las nuevas tecnologías son clave en esta búsqueda, sobre todo para grupos de viajeros como los millenials. Algunos de ellos han viajado, por ejemplo, a un lugar poco explorado ofreciendo arte a cambio de alojamiento. Y esto es posible hoy gracias a iniciativas que se difunden en las redes sociales.
Centros multidisciplinares, bares tradicionales y temáticos, galerías de arte, espacios creativos, restaurantes, centros culturales y tiendas que ofrecen no solo la venta, sino también formaciones para saber más sobre el producto que venden, son los responsables de que la oferta turística hoy por hoy sea mucho más creativa. La difusión de este tipo de proyectos, más vinculados a las comunidades locales que se visitan, está garantizada gracias a la inmediatez de las RRSS.
Se trata, en definitiva, de un viajero más responsable, enemigo del consumismo a ultranza y de las vacaciones todo incluido. La búsqueda de proyectos personales en turismo se hace cada vez más habitual. El nuevo turista espera algo auténtico del destino que visita y quiere saber más de las costumbres locales y la originalidad de las personas que emprenden con proyectos comunitarios.
Esta nueva manera de hacer turismo está creando un sello que revoluciona el mercado. Los destinos están trabajando para ganarse el corazón del viajero que luego compartirá la experiencia con otros y, probablemente, repetirá. A su vez, estos proyectos hacen que los viajes se conviertan en aventuras y experiencias enriquecedoras, más auténticas.
Según el barómetro de TripAdvisor, los viajeros tienen más interés que nunca en descubrir nuevos destinos, probar diferentes tipos de transporte, usar opciones alternativas de alojamiento y experimentar nuevas actividades y sensaciones. De hecho, el 70% de los encuestados quiere probar algo nuevo y diferente en su próximo viaje. Esa búsqueda de cosas fuera de lo común, hace que suba la demanda de experiencias y actividades singulares, relacionadas directamente con la cultura local. Por este motivo, los destinos y las empresas turísticas, tienen que estar informados de cómo evolucionan los hábitos de consumo y las tendencias de cada uno de sus mercados estratégicos.