Las palabras que se utilizan dicen mucho de un grupo de hablantes o de un país. Reflejan el desarrollo de la sociedad y la importancia que adquieren ciertos ámbitos entre un grupo de individuos. Cada vocablo nuevo adaptado a un idioma hace las veces de pista antropológica para conocer qué cambios han ido teniendo lugar. Así, la mayoría de neologismos adquiridos en los últimos años con respecto a la tecnología, Internet y las redes sociales son un fiel reflejo de la importancia que ha adquirido este sector en las últimas décadas.
Conscientes de la importancia de las palabras, desde 2013, la Fundación del Español Urgente (Fundéu BBVA) elige la expresión del año. En ese año se impuso escrache y le siguió selfi (2014), refugiado (2015) y populismo (2016).
Este año ya se conocen los 12 vocablos propuestos para la elección definitiva, que tendrá lugar el 29 de diciembre. Para formar parte de este listado deben ser términos que hayan formado parte del debate social y hayan estado presentes en los medios de comunicación. Además, por su formación, significado o dudas de uso deben ser objeto de alguna de las recomendaciones de uso publicadas por Fundéu a lo largo del año. Además, deben ser de uso general en todo el ámbito hispanohablante y no sólo en algunas zonas específicas.
Sorprendentemente este año, dos términos que han marcado el año en el sector turístico han cumplido estos dos requisitos.
La turismofobia fue la palabra del verano cuando diferentes movimientos vecinales y sociales salieron a la calle para protestar contra la saturación turística y los problemas de convivencia en ciertos destinos. Barcelona y Palma (Mallorca) se convirtieron en el epicentro español de un movimiento que ya había crecido con fuerza en ciudades como Venecia (Italia) o Ámsterdam (Holanda).
Uberización es el otro término escogido por la Fundación, que pese a no ser exclusiva, sí que mantiene una estrecha relación con el sector vacacional. Según recoge la propia fundación, la expresión “hace referencia a las cada vez más numerosas plataformas de economía colaborativa en las que, gracias a internet y las nuevas tecnologías, unas personas ponen a disposición de otros particulares, sin necesidad de intermediarios, diversos bienes y servicios: una casa o habitación en alquiler, un trayecto compartido, un coche o una plaza de garaje”.
Así, uno de estos dos términos que ya son comunes para toda la industria turística puede alzarse como palabra del año. Pero, para ello, tendrán que imponerse a las otras seleccionadas:
- aporofobia
- aprendibilidad
- bitcóin
- destripe
- machoexplicación
- noticias falsas
- odiador
- soñadores
- superbacteria
- trans
El director de la Fundéu BBVA, Joaquín Muller, señala que entre las candidatas “hay algunas palabras de nueva creación, como turismofobia, que alude al rechazo o aversión al turismo masificado; uberización, con la que se denomina un cierto tipo de actividad económica basada en plataformas colaborativas, o machoexplicación, la costumbre de algunos hombres de dirigirse a las mujeres de forma condescendiente”.
“También —añade— se incluyen otras que se han traducido o adaptado de voces extranjeras (aprendibilidad frente a learnability, noticias falsas por fake news o la adaptación a la ortografía española bitcóin) y algunas más que, no siendo nuevas, han asumido nuevos usos o sentidos, como odiador o soñadores, como alternativas a hater y dreamers.”
¿Y en el futuro?
Generalmente, la gran cantidad de anglicismos que se dan en el sector vacacional, y especialmente en la aviación, provoca muchas consultas de usuarios a la Fundéu. ‘Transfer’, ‘touroperator’, ‘charter’, ‘bankruptcy’, ‘handling’, ‘low cost’ o ‘jet-lag’ han sido ya analizadas.
Quién sabe si el próximo 2018 estará marcado por otras palabras como ‘city-Break’ o ‘hub’.