Conforme los viajes se han democratizado, es más común encontrar a auténticos trotamundos que aumentan día a día su lista de países visitados, pero quizás muy pocos vayan a alcanzar las cifras de Keico, el perro que da la vuelta al mundo en bicicleta.

Junto a su acompañante humano, Sel López, emprendió el 1 de octubre una aventura que les llevará desde Madrid (España) hasta Tokio (Japón), recorriendo decenas de países a lo largo del camino. Antes de realizar este largo camino, llevaron a cabo algunos viajes de prueba y esto les llevó a visitar la redacción de Tourinews, donde relataron los detalles de su proyecto. Hoy, en el Día Mundial de los Animales compartimos su historia.

Primero, solo


López explica que el gusanillo de viajar en bicicleta se despertó con un "pequeño" recorrido dentro de España. "Siempre me gustó la bicicleta, pero nunca había hecho viajes. El primero fue el Camino de Santiago desde Salamanca. Y se me hizo corto”, sentencia. De ahí, todo fue a más: "Me puse a dar la vuelta a España; después me recorrí Marruecos hasta el Atlas Medio… y me propuse hacer un viaje más largo”. No fue al instante, pero tras unos meses, se planteó un salto más grande: un viaje desde Madrid a Nepal, un recorrido que le llevó a visitar 41 países en 39 meses, acumulando 65.000 kilómetros, todo ello totalmente en bicicleta, aunque también tuvo que utilizar barco para alcanzar algunos destinos. "Lo que sí que tenía claro es que no iba a usar el avión", sentencia.
 

Sel López Foto Tourinews

Sel López | Foto: Tourinews
 

“Siempre he tenido mucha curiosidad de conocer Nepal y los países por los que iba a pasar: Tailandia, Laos, Camboya, Vietnam, Malasia, Singapur…", explicaba López. Sus primeros pedaleos fueron por Europa hasta Bulgaria, donde dio el salto a Asia a través de Turquía. Y una vez allí, se dirigió hacia el norte, pasando por Georgia, Armenia e Irán —donde estuvo cuatro meses—. Después de cruzar el estrecho de Ormuz, visitó los emiratos de Dubai y Abu Dabi, así como Omán. Le llegó el turno a Asia Central: Turkmenistán, Uzbekistán, Tayikistán, Kazajistán y Kirguistán. Tras cruzar China, llegó al Sudeste Asiático, empezando por Vietnam, Laos, Camboya, Malasia, Singapur, Malasia, Tailandia, Myanmar, India y, finalmente, Nepal. “Cuando programé mi viaje, no tenía pensado viajar por según qué países —por ejemplo, Bulgaria o Rumanía— y al final, conforme iba fluyendo el viaje, me iba acercando a conocer destinos. Fui modificando la ruta inicial”, confiesa.

Nuevo viaje con acompañante


Aunque para muchos puedan parecer muchos kilómetros acumulados. Sel se quedó con ganas de más y decidió repetir la hazaña, aunque esta vez, acompañado. “Iba a hacer Madrid-Tokio solo, ni tenía ni había pensado en tener perro. Lo tenía programado para mayo de 2021, pero por culpa del covid lo tuve que cancelar y en ese tiempo llegó Keico. Y claro, ¿qué haces? Pues modificas el viaje y haces que gire alrededor de la figura del perro. Compré el remolque y programé el viaje con Keico”, relata. Lo primero, fue acostumbrarle al trasiego de un viaje y el destino escogido para ello fueron las Islas Canarias —"Subí con Keico al Teide. Fue toda una aventura, se portó como un jabato, tanto subir como bajar", destaca—, posteriormente, sus pasos le llevaron a Huelva y Portugal.

Sel y Keico viajan por el mundo en bicicleta y remolque Foto Tourinews

Sel y Keico viajan por el mundo en bicicleta y remolque Foto Tourinews

La visita al veterinario, para que esté vacunado, desparasitado y testado, y la solicitud del pasaporte y el resto de permisos pertinentes son otros de los trámites que han tenido que tener en cuenta para la puesta a punto, aunque dicho proceso se tendrá que repetir durante el viaje. "Japón es un país un poco estricto en ese sentido —que me parece muy bien—. Llevando todo bien y llevando todo controlado no creo que tenga ningún tipo de problema", asevera.

Si bien tenía previsto iniciar su viaje desde la capital española a la nipona en mayo, decidió hacer una parada para recargar pilas en Mallorca y, finalmente, partir en octubre de este 2022. Una vez ha arrancado, pondrá rumbo a Europa Central, para luego llegar a Asia. López confiesa que en esta ocasión le gustaría conocer Mongolia, y que también quiere conocer todas las islas que componen Japón. "Una vez que llegas a estos países y llegas en bici. Qué mínimo que conocerlos bien", subrayaba.

 


 

Keico es el protagonista


Al ser preguntado sobre las ventajas e inconvenientes de viajar con el simpático Keico, Sel destaca que el can es el principal "aliciente" para emprender esta aventura. De hecho, hasta su propio nombre hace alusión a la misma. "El nombre Keico tiene que ver con el objetivo, porque es un nombre japonés", comentaba. 

Asimismo, destacaba que su compañía se ha convertido en un importante reclamo, ya que numerosos medios de comunicación se han interesado por su historia y son miles los seguidores que siguen su aventura a través de la cuenta de Instagram @keicoxelmundo —más de 30.000 personas siguen sus peripecias en esta red social—.

Keico, el perro viajero. Foto Tourinews

Keico, el perro viajero. Foto Tourinews

La sonrisa y la bicicleta, sus armas


Por delante, tienen una travesía que les tomará un año, aunque prefiere no marcarse límites. "No voy con una fecha, eso es lo bueno. No todo el mundo puede decir, bueno, cojo la bicicleta y vuelvo cuando termine o cuando me dé la gana. En ese sentido, soy un afortunado", advierte. Los costes tampoco son un problema: "En un viaje de estos, puedes gastar lo que quieras, es cuestión de prioridades. Te puedes gastar mucho o poco. Yo acampo en mi tienda de campaña y me cocino. Entonces, gasto en lo mínimo, algo que se estropee, el visado y poco más. Yo con poco funciono. Ahora tengo un gasto extra con el tema del pienso del perro, sus chequeos… Y yo encantado", subraya.

Tampoco los idiomas son una barrera para estos dos aventureros. "Yo no soy un erudito del inglés. El idioma más internacional no es el inglés, te puedo asegurar que es la sonrisa", comparte y explica la buena voluntad que muestran todos a su paso por el hecho de viajar en bicicleta. Además, cree que en esta ocasión la presencia del remolque y de Keico, atraerá aún más las miradas allá por donde pase. "Para mí, la bicicleta es como mi pasaporte. Se crea un aura de admiración y la gente está predispuesta a ayudarte. 

Cuando se le pregunta a Sel sobre sus objetivos una vez llegue a la capital nipona, advierte que lo más probable es que se plantee una nueva travesía. "Lo que te puedo adelantar es que una vez que llegue a Japón, como me conozco, voy a decir, ¿y ahora me voy a volver a España otra vez? Yo dejo que las cosas fluyan. Igual acabo harto de la bicicleta, pero no creo", concluye.