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Otra buena estrategia: las cartas desechables

El uso de cartas digitales en lugar de las tradicionales sí evitaría el contagio pero no parece una estrategia comercialmente viable

A partir de las nuevas normativas a cumplir después del confinamiento provocado por la pandemia del Covid-19 están apareciendo como rosquillas multitud de empresas y ofertas para digitalizar las cartas de las empresas de hostelería.

Estas opciones, que aparentemente puedan parecer acertadas y viables, no están teniendo en consideración impactos negativos para el servicio como:

  • Seguramente habrá comensales que no tengan las suficientes habilidades tecnológicas, suficientes “gigas” en sus terminales o la intencionalidad de instalarse en sus teléfonos móviles ninguna aplicación, ya sea para leer códigos QR o para leer las ofertas de dichas cartas.
  • No sería nada extraño, e incluso podría ser común según en qué casos, que en alguna ocasión los comensales no lleven consigo el terminal móvil. Por ejemplo, en los hoteles y en restaurantes turísticos y de playa muchos clientes optan por dejar en las habitaciones.
  • Tampoco sería una alternativa interesante para personas con edad avanzada o que tuvieran problemas para ver la letra de los teléfonos, personas con las habilidades cognitivas deterioradas, u otras patologías que incidieran en el manejo de los teléfonos móviles, ya que les hará sentir incómodas.
  • Las cartas digitalizadas, dependiendo de que aplicación se utilice, tendrán un hueco de mercado, estoy seguro, pero también estoy convencido de que tarde o temprano empezarán a introducirse en dichas cartas "cuñas" de publicidad o informaciones intrascendentales que desvíen la atención de los clientes y no incidan en la importancia de las mismas: La previa información y la consecución del pedido de alimentos por parte de los clientes a la empresa, esa es la función de una carta, (otra cuestión es cómo se consiga esa funcionalidad).
  • Durante el servicio, en el momento de tener que sugerir a los comensales la acción de que vuelvan a consultar sus teléfonos para ver la carta de postres, puede generar malestar, incomodidad o desidia. Así, la solicitud de postres no se realice o se haga de menor manera.

Cartas en papel vs. cartas en código QR

Desde luego, el uso de cartas digitales en lugar de las tradicionales sí evitaría el contagio pero, mencionando tan sólo estas 5 consideraciones, no parece una estrategia comercialmente viable.

Una opción digital que no implicaría instalar ninguna aplicación, mucho más rápida, fácil y de coste cero, sería enviar a los comensales vía WhatsApp (ya que es una aplicación común a todos y ya instalada) la carta del restaurante y tendríamos además una agenda telefónica con el registro de nuestros clientes (tanto de los fijos como los casuales). Pero esta posibilidad, por lo comentado anteriormente, tampoco es 100% viable.

Sigue existiendo la posibilidad de utilizar cartelería, pizarras e incluso monitores fijos o pantallas de televisión donde se podría emitir en circuito cerrado dichas ofertas, pero seguro que algún cliente podría considerar molesto o poco atractivo tener constantemente expuestas esas propuestas en las pantallas.

Otra probabilidad, sin considerarse carta digital, es la de "plastificar" las cartas para que se puedan limpiar cada vez que un cliente la utilizara, pero podría generar desconfianza e incluso por el posible riesgo de contagio no considerarse que cumpla las normas.

Y por último la opción que considero mejor estrategia, con un coste relativamente bajo, seria utilizar las cartas desechables.

No es algo nuevo, se utilizan en algunas franquicias de restauración y algunos restaurantes ubicados en zonas muy turísticas desde hace años, sólo se trata de darle un diseño más vanguardista, lo más cercano a la clásica carta de restaurante. Este tipo de cartas cumpliría perfectamente la seguridad sanitaria.
 

Salvamantel - Menú | Foto: Gravita Comunicaciones


No serían cartas digitales pero si cumplirían a la perfección el hecho de que aun siendo cartas físicas, no se compartiesen entre clientes. Serían "cartas a estrenar" e incluso, si lo desearan los clientes, podrían llevárselas por si consideran oportuno recordar la oferta. Una buena manera de que cuando vuelvan a ver en sus bolsos o bolsillos esas cartas desechables, recuerden la experiencia y deseen volver.

Ese tipo de cartas desechables, en el caso de hoteles o restaurantes situados en lugares turísticos, podrían tener impreso en el reverso un mapa de la ciudad o de la zona y en su contorno publicidad de museos, lugares de interés, comercios, espectáculos, etc. Esas contrataciones e indicaciones publicitarias podrían contribuir en el pago de las citadas cartas logrando incluso un coste cero o negativo. Y en el caso de los hoteles sería una manera de que en las recepciones, con las frecuentes entregas del mapa de la zona, se mencione e incorpore la oferta del restaurante propio.

Esa carta, si se diseñara con la adecuación de un tipo de papel en la que se imprimiesen (satinado, por ejemplo), cumplirían además otra funcionalidad: la de poder utilizarse como manteles individuales de papel.

Y si le damos otra "vuelta de tuerca", nos serviría (como comenté antes) de soporte publicitario para otras empresas, o también podría fomentar nuestra propia empresa y venta en el restaurante o de otros servicios como próximos eventos, jornadas gastronómicas, contratación de menús concertados.
 

Mantel publicitario individual

Otra opción alternativa seria imprimir esas cartas desechables también en tamaño cuartilla u octavilla, tipo flyers para publicitar o entregar fuera del local.

Si alguien opina que este tipo de soluciones no se corresponde con la idea de ofrecer alternativas digitalizadas, cabe comentar que se trata de evitar el compartir objetos para evitar los contagios de Covid-19 y que, junto con la implantación de esas cartas desechables, como estrategia podría coexistir con alguna opción digital. Por ejemplo, con el envío por WhatsApp de la imagen de dicho mantel individual desechable. Y nombro de nuevo WhatsApp por sus ventajas con respecto a otras formas digitales y por la facilidad y rapidez de suprimir, ampliar o modificar dicha Carta de Restaurante.

Finalmente considerar que las cartas desechables son la manera de volver a esa normalidad deseada que menos cambios originaria en los hábitos de los comensales y en los restaurantes, en el momento de recibir las cartas y en la toma de comandas.

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