Hace ya unos cuantos años, el magnate Richard Branson fijó el 2009 como la fecha en que se iniciarían los vuelos espaciales de su aerolínea Virgin Galactic. Sin embargo, en este caso la realidad no ha superado la ficción y las agencias más lujosas que incluían el espacio exterior entre sus posibles destinos turísticos han tenido que eliminar esa página de sus catálogos. Pero, ¿cuál es el obstáculo que impide que a día de hoy podamos pasar las vacaciones en la luna? Parece ser que el mayor hándicap al que se enfrentan los visionarios del futuro son los problemas tecnológicos.
En 2014 Virgin Galactic lanzaba un vuelo de prueba que acabó en un trágico accidente. Desde entonces, el proyecto está en el aire. Según los expertos, aún faltan bastantes avances tecnológicos que resultan indispensables para que estos ambiciosos proyectos resulten viables. Sin embargo, tales inconvenientes no han bastado para que Branson se rinda. El magnate sigue trabajando para hacer realidad su sueño de llevar turistas al espacio.
Un viaje en globo muy espacial
Otra de las iniciativas de turismo espacial que se han quedado en stand by es la del grupo Zero2Infinity, que está trabajando para desarrollar un globo tripulado que debía haber partido hacia la estratosfera en 2014. El objetivo del proyecto es crear un aerostático capaz de volar por encima del espacio aéreo. Una vez más, la ausencia de una tecnología lo suficientemente avanzada ha pospuesto el lanzamiento del proyecto, en principio para este año 2016, aunque no hay expectativas de que se acaben cumpliendo las previsiones.
La financiación, un problema para el turismo espacial
El mayor impedimento para desarrollar la tecnología necesaria es la falta de recursos económicos. Más allá del patrimonio particular de los magnates que apuestan por este tipo de iniciativas, o de la colaboración por parte de algunos inversores privados que realizan aportaciones, los proyectos de esta naturaleza suelen verse en la dificultad de contar con un respaldo económico insuficiente. En algunas ocasiones, hay entidades públicas o privadas que financian determinadas fases del desarrollo, pero las experiencias y el retraso en la ejecución a menudo desaniman a quienes podrían ofrecer financiación.
Respecto a la pregunta de si, en un futuro, habrá turismo espacial, la respuesta de los expertos es clara: lo habrá, pero no a corto plazo.