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Turistas sedientos de morbo, tragedias y muerte
En el Dark Tourism se confunde el morbo con el afán cultural o histórico
Escenarios de atentados terroristas, lugares emblemáticos del horror o símbolos de sucesos paranormales son reclamos de lo que, dentro de la industria, se denominan turismo oscuro, turismo negro, tanatoturismo o dark tourism, en su denominación inglesa. Un término acuñado en 1996 por los profesores de turismo escoceses J. John Lennon y Malcolm Foley y que hace referencia a la “fascinación y el interés por los sucesos paranormales, las tragedias humanas o los hechos traumáticos de la historia”.
Según afirma el doctor Philip Stone, director del Instituto de Investigación Sobre el Turismo Oscuro (iDTR), esta tendencia dentro del sector turístico “está presente desde tiempos inmemorables”. Para el académico, “en la Antigua Roma los coliseos ya eran un ejemplo relevante del Dark Tourism”, ya que el público accedía desde diferentes partes del Imperio con el único objetivo de observar una encarnizada batalla que siempre se saldaba con muertes. Para Stone, en este tipo de turismo “el morbo se confunde con el afán cultural o histórico”. Y prueba de ello podría ser que la joven austriaca Natasha Kampusch compró la casa en donde estuvo retenida y vejada durante ocho años para evitar que ésta se convirtiera en un museo turístico de la ciudad.
Quizás sean la psicología o la psiquiatría las ciencias que deban analizar el motivo por el cual a muchos fascina todo aquello relacionado con hechos perturbadores pero lo cierto es que, en efecto, ejemplos de turismo oscuro hay muchos y archiconocidos:
Auschwitz I y Auschwitz II Birkenau. A tan solo 70 y 73 kilómetros, respectivamente, de la ciudad polaca de Cracovia, se trata de dos siniestros ejemplos de la maldad y el sadismo de la especie humana. Son los centros de exterminio más famosos del mundo, en donde murieron asesinadas más de un millón de personas y, según cifras oficiales de la oficina de turismo de Polonia, reciben cada año a más de 1,5 millones de turistas.
Belchite. En marzo de 2013 el ayuntamiento de la localidad zaragozana de Belchite prohibía el acceso libre a las ruinas del pueblo viejo, famosas no únicamente porque son el reflejo de una cruenta batalla durante la Guerra Civil que se saldó con más de 5.000 muertos, sino también por sus psicofonías. Desde entonces, 43.000 personas han visitado el conjunto histórico de este pequeño municipio de Zaragoza.
Chernobyl. Se trata de una remota ciudad del norte de Ucrania que en abril de 1986 sufrío unos de los desastres nucleares más graves de la historia. En el año 2011 la antigua Central Nuclear de Chernobyl fue declarada oficialmente atractivo turístico del país. Desde entonces, cada año la ciudad atrae a 30.000 turistas y es una de las paradas más solicitadas de los turistas que visitan Ucrania.
'Dearly Departed Tour'. Se trata de una ruta que se realiza en plena meca del cine, Hollywood. El célebre distrito de Los Ángeles no es únicamente glamour y ostentación, sino también símbolo de juguetes rotos o crímenes escalofriantes. En el 'Dearly Departed Tour' el turista recorre el lecho de muerte y el escenario de algunos de los crímenes más famosos de Hollywood.
La ruta de Jack el Destripador. Se trata de unos de los recorridos turísticos más famosos de Londres, donde se reviven los asesinatos que asolaron el área de Whitechapel en 1888 atribuidos al notorio asesino en serie, aún no identificado, conocido popularmente como Jack el Destripador.
Ruta por los cementerios de Edimburgo. Desde la propia web oficial de Turismo de Escocia se promueven numerosas visitas guiadas por los cementerios de la ciudad escocesa, en donde narran al turistas diversas "leyendas negras" relacionadas con la parapsicología.
Cárcel de Nelson Mandela. La celda, situada en la Isla de Robben, en la que estuvo encerrado 18 años el abogado, político y activista contra el apartheid, Nelson Mandela, se ha convertido en todo un símbolo de Sudáfrica. En la excursión al recinto, el turista revive las indignas condiciones humanas en la que vivían los presos políticos durante la época. Según datos del Robben Island Museum (RIM), el museo de la isla, en lo que va de año ya la han visitado 49.738, un 4% más que en 2016.
Emblemas simbólicos del tanatoturismo hay muchos y variados y podríamos seguir citando archiconocidos ejemplos como el Valle de los Caídos, las ciudades japonesas de Hiroshima y Nagasaki, la Zona Cero de Nueva York o el Castillo de Bran en Transilvania, residencia de Vlad Tepes El Empalador, personaje histórico que inspiró la figura de ficción del conde Drácula. Por ello no extraña que una industria como la turística en constante evolución y que, según cifras de la Organización Mundial del Turismo, en 2030 alcanzará el impresionante récord de 1.800 millones de viajes al año haya descubierto como fuente de ingresos la inexplicable e irresistible atracción de los seres humanos por lo siniestro, lo macabro y lo desconocido.