Mercados
"Las trabacaciones son un factor interesante para que el hotelero pueda microdesestacionalizar"
Fernando Sáenz-Marrero cree que el turismo español cuenta con “los elementos y los recursos” para responder a las nuevas demandas
Al igual que en su día surgieron nuevos segmentos turísticos que hoy ya son sobradamente conocidos y promocionados como el turismo de salud, el MICE o el wellness, ahora le llega el turno a una corriente que surgió hace décadas pero que ahora está viviendo una auténtica eclosión: los workation retreats o las ‘trabacaciones’.
Para conocer más al respecto, en Tourinews hemos querido hablar con Fernando Sáenz-Marrero, Fundador y Socio-Director de EDEI Consultores y especialista en programas de Innovación y Desarrollo en la Carrera Profesional, que está organizando su propio retiro ‘trabacacional’, que se celebrará entre el 23 y el 25 de noviembre en la isla de Gran Canaria.
P: ¿Qué son los retiros de trabacaciones?
R: Las ‘trabacaciones’ o workation retreats es un ‘palabro’ que surge de la fusión de dos elementos que siempre se ha entendido que estaban separados: trabajar y viajar. Hay personas que toman la decisión por su cuenta de combinar trabajo y ocio, turismo y productividad; es decir, no es la empresa para la que trabajan la que organiza y le dice a sus empleados o sus directivos a dónde tienen que ir, algo más propio del turismo MICE. Esta combinación de ocio y trabajo se realiza de forma guiada y de forma compartida, con un grupo de personas que comparten una misma afición, que se encuentran en un sitio y que tienen algo íntimo que compartir.
P: ¿De dónde surgen?
R: El mundo de los retiros organizados procede de la espiritualidad en su sentido más amplio. No son un invento reciente, corresponden al ámbito del recogimiento, de lo religioso, de lo sagrado, de lo introspectivo, de retirarse del mundo para encontrar la trascendencia espiritual o curarse de una depresión.
P: Entonces, ¿cuál es la novedad?
R: Estamos combinando polos muy divergentes para convertirlos en un vector de oferta turística, con sentido económico. El turismo religioso, el turismo activo, el turismo MICE… todo eso está inventado y de ese mosaico están naciendo los workation retreats.
P: ¿En qué mercados de origen tiene más calado?
R: El movimiento nació en California y se ha extendido a las grandes capitales como Londres (Reino Unido), Berlín (Alemania), Praga (República Checa) y al Sudeste Asiático. Las metrópolis que concentran el mayor talento y creatividad es donde se están produciendo estos fenómenos de búsqueda del equilibrio entre trabajo y crecimiento personal. Así, los mercados de origen se encuentran en el arco norte de Europa, desde Holanda, Alemania, Bélgica y Países Nórdicos; en EE.UU. y en Reino Unido.
P: ¿Qué perfil de turistas se atrae con estos encuentros?
R: Por una parte, hay una demanda orgánica entre el grupo de nómadas digitales que tienen una edad, un nivel de alfabetización tecnológica, de intereses, etc. Por otra parte, hay un grupo de millennials y posmillennials que comparten el malestar con la sociedad del bienestar, el sentido de la búsqueda de uno mismo y la necesidad del cambio personal.
Así, entre ambos perfiles podemos encontrarnos con jóvenes mochileros con dinero justo que buscan un lugar barato para dormir o surfear y a altos directivos de consejos de administración norteuropeos cuyo problema no es el dinero ni en qué gastarlo, sino que quieren salir de donde viven, hacer lo que les gusta y hacerlo en compañía de personas en una situación profesional similar. Van a pagar no tanto por el establecimiento, sino por la naturaleza, la oferta complementaria y las personas con las que va a compartir.
P: ¿Qué vino antes? ¿El surgimiento de la demanda o la creación de la oferta?
R: Hay tres actores: una oferta convencional alojativa, de restauración o de eventos que ofrece una infraestructura física donde se pueda desarrollar un encuentro de estas características. Luego tiene que haber personas que buscan algo y que individualmente o en pequeños grupos decidan ir a ese sitio lejos de su lugar de residencia y trabajo. Y luego, lo más importante para mí, alguien tiene que ofrecer el contenido de la experiencia, de la convivencia, del hilo conductor por el que esas personas van a trabajar conjuntamente en un proceso de descubrimiento vital/profesional. Se tienen que dar todos los componentes.
P: ¿Siguen siendo tres patas individuales? ¿Están apareciendo actores que las unen?
R: Cada uno arrima el ascua a su sardina. Hay hoteles en sitios maravillosos que se ofrecen con todo para hacer un workation retreat, incluyendo sesiones de meditación o mindfulness. También ya hay microoperadores que están ofreciendo sus propias experiencias. Sigue un camino similar al turismo de salud y al deportivo, que comenzaron siendo actividades amateurs y ahora se han convertido en actividades mainstream corporativamente aceptadas como oferta. Yo creo que esa va a ser la tendencia natural.
P: ¿Qué características tiene que tener un destino para ser idóneo para acoger estos eventos?
R: Viajan a un destino lejano, distante físicamente o mentalmente, no a más de lo mismo. Buscan otra ciudad, otro lugar que puede ser muy rural, una montaña, una playa, las afueras de una gran ciudad, etc.
P: ¿Qué ventaja tiene apostar por este microproducto turístico en lugar de los grandes sectores?
R: Establecimientos hoteleros que tienen puntas y valles y que, por ejemplo, ya están posicionados en gastronomía y oferta de bodas, encuentran en este tipo de workation retreats un nuevo segmento. Es un factor interesante para que el hotelero pueda microdesestacionalizar, porque con un evento de estos no se resuelve una temporada, pero se pueden resolver varios valles que amargan la rentabilidad anual.
P: Cuando se organiza un retiro de estas características, ¿para cuántos participantes está diseñado?
R: Los grandes eventos atraen a grandes corrientes de masa, aquí estamos hablando de lo contrario, menos es más. En este caso hablamos de grupos de no menos de 10 y no más de 20. Para que puedan configurarse gran grupo, pequeño grupo, actividad a dos e individual. La alquimia de seleccionar con precisión de cirujano a las personas y al mismo tiempo saber que la diversidad es suficiente como para aumentar el valor debe ser controlada por el organizador. Quien organiza el evento tiene que garantizar que con quien va a compartir tiene al menos un ámbito en común, como montar en bicicleta, y también tener intereses económicos, culturales o profesionales similares. No obstante, es interesante que no se conozcan mucho entre sí, que no sean familia.
P: ¿Se puede ampliar su escala para que sea rentable?
R: La escala se consigue por agregación de microsegmentos, microeventos y microperadores que en plataformas comunes crean cosas que para un destino pueden ser muy interesantes. Un ejemplo de ello es un destino en el que tras los meses de esquí, si no aparecen estos microsegmentos, no hay nada. También es el caso de las ciudades donde se ofrecen servicios comunes a diferentes visitantes que acuden por distintos motivos. La clave es con mínimos recursos compartidos llegar a más personas de forma distinta y con propuestas de valor distintas.
P: ¿Qué tiene que ofrecer España como destino para un workation retreat?
R: España tiene un patrimonio cultural y religioso espectacular, también un gran patrimonio paisajístico y de lugares sagrados de la naturaleza. No hay más que ocupar, colonizar, estos espacios con nuevos sujetos turísticos y nuevas demandas. Unas demandas que además disfrutan con la comida y con el sentido alegre de la vida de los españoles. Basta con recombinar los elementos y los recursos que ya tiene el turismo español pero respondiendo a las nuevas demandas.
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