En 2016, llegaron a España 16,9 millones de británicos, un 12,3% más que en 2015, siendo Reino Unido el principal mercado emisor de turistas. Por ello, todo lo relacionado con este país es de extrema importancia para el sector de viajes español.
No son pocas las preocupaciones que rodean a las islas británicas, pero actualmente el incremento desmesurado de denuncias fraudulentas por intoxicación es el principal quebradero de cabeza de los destinos tradicionales de los sajones como la Costa del Sol, Tenerife, Calviá (Mallorca) o la Costa Blanca (Alicante y Benidorm).
Leire Bilbao, directora de Visit Benidorm, ha puesto el foco del debate en que el incremento de reclamaciones por intoxicaciones alimentarias contra los hoteleros españoles se haya limitado a un perfil de reclamante concreto, siendo habitualmente un “cliente británico que acude a alojamientos de ‘todo incluido’ de 3 o 4 estrellas” y que alega síntomas de infección gástrica. Justamente, esta coincidencia es para Bilbao la muestra de que estas denuncias son fraudulentas: “Es difícilmente creíble cuando a otros clientes de otras nacionalidades no les ocurre lo mismo ni tienen ningún tipo de reclamación”.
Y es que Reino Unido cuenta con todos los ingredientes para permitir la proliferación de estas denuncias: una justicia muy proteccionista con el consumidor en la que “al cliente directamente se le cree” y la presencia de firmas de abogados especializadas en este tipo de demandas que han visto en el sector vacacional una nueva oportunidad de negocio.
Dependencia y precios
Por el momento, los reclamantes y las compañías de abogados se están viendo beneficiados, puesto que son los hoteleros los que están soportando el peso económico de estas indemnizaciones que llegan a los 10.000 euros por persona, sin embargo, “al final se verá afectado el cliente final”, señala Bilbao quien añade que estos costes adicionales se verán reflejados en “un incremento de precios en las reservas de viaje”.
Pese a este incremento en los precios, no se plantea la posibilidad de cerrar las puertas a los turistas procedentes de Reino Unido o denegar camas a los TTOO británicos ya que “lo que se busca es a quien puede pagar más por el mismo servicio sea de la nacionalidad que sea y la conectividad aérea es la que juega mejor baza”.
Campañas de comunicación
Desde el organismo de promoción Visit Benidorm, han dado los primeros pasos para luchar contra este problema realizando “una campaña de comunicación en Reino Unido” y manteniendo “reuniones con la touroperación para coordinar las acciones y poner voz a esta problemática”. Según Leire Bilbao el objetivo es claro: “Trasladar a los clientes que en España es delito mentir”, aunque destaca que para ello es necesario que se presione “por las dos partes”.
Además de estas campañas de sensibilización, también habló del arbitraje para 2018 que propone la Asociación de Agencias de Viajes Británicas (ABTA). La considera una “solución intermedia para este problema” en la que está implicada la touroperación que “también está interesada en que esto se pare”.
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