En apenas cuatro semanas el sector minorista ha hecho temblar los cimientos del mercado laboral de Reino Unido. El reguero de noticias que anuncian cierres masivos de tiendas en el país británico no se ha dejado de producir en los últimos días, arrojando hasta el momento la cifra de aproximadamente 12.772 empleos en riesgo.

La primera en abrir la veda fue Mothercare. La compañía de venta de productos especializados en bebés y maternidad comunicó que cerrará 500 de sus establecimientos poniendo en riesgo más de 800 puestos de trabajo. Los problemas financieros han llevado a la empresa con sede en Watford a tomar esta medida, según explica The Guardian.

Siguió sus pasos Mark & Spencer (M&S). El pasado 22 de mayo se conocía que cerrará más de 100 tiendas en Reino Unido antes de 2022. Los medios cifran en 872 empleados el número total de afectados. Bloomberg incide en que las principales causas se encuentran en el auge del comercio online que ha ganado terreno a las ventas en tiendas tradicionales. El objetivo de la compañía es incrementar sus ventas a través de internet desde el 18% actual a un 33%.

El 7 de junio se anunció que House of Fraser cerraría 31 de sus 59 centros comerciales. Según informó BBC News, la clausura de estos establecimientos, que se producirá en menos de un año, afectará a un total de 6.000 empleos. Este plan de reestructuración lleva a una compañía con 169 años de historia a reducir costes de personal y alquiler para afrontar sus deudas con los acreedores e intentar salvar el negocio.

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El 11 de junio le llegó el turno a Poundworld. La cadena británica de tiendas de productos a bajo precio se declaró en suspensión de pagos y sembrando la duda sobre el futuro de sus 350 tiendas, distribuidas en todo el país, y sus cerca de 5.100 empleados. Tal y como explica Financial Times, la quiebra de esta compañía refleja la crisis que está pasando el sector minorista en Reino Unido.

Más allá del drama personal que se esconde tras cada una de los individuos que pueden perder su fuente de ingresos, estos cierres deben llamar la atención del sector turístico español y es que estas reestructuraciones a gran escala pueden afectar a los planes vacacionales de doce mil familias procedentes del principal mercado emisor. Cabe recordar que 18.779.466 británicos visitaron España en 2017, según datos del Instituto Nacional de Estadística (INE).

Cifras económicas récord

Pese a los citados casos de relumbre, las estadísticas niegan que la economía y el mercado laboral británico se estén resintiendo y, por tanto, aportan calma.

Según ha informado la Oficina Nacional de Estadística de Reino Unido (ONS), la tasa de paro registrada entre los meses de febrero y abril fue del 4,2%, el mejor dato registrado desde 1975.  Por su parte, la tasa de empleo ha alcanzado el 75,6%, el mayor porcentaje desde que se comenzó a realizar un seguimiento en 1971.

Los datos positivos no se ha acaban ahí. Los ingresos semanales aumentaron un 2,2%, eso sí, sin tener en cuenta el impacto de la inflación en los mismos. Si se le aplica, el aumento se ajusta al 0,4%. Visto en clave turística, siempre es una noticia positiva que los visitantes extranjeros incrementen su poder adquisitivo.

En definitiva, pese a que se han producido grandes cierres mediáticos, si se atiende al pulso económico de Reino Unido, la situación no es tan alarmante.

Teniendo en cuenta todos los aspectos analizados, es obvio que en la actual situación pre-Brexit, la economía británica muestra una fortaleza que garantiza que se mantenga el flujo de turistas rumbo a España. Sin embargo, el sector turístico y las autoridades competentes tendrán que apuntar a su lista de tareas, en la que ya está presente la vigilancia de los destinos competidores, prestar especial atención a las tendencias del mercado laboral en Reino Unido.