Entre finales de febrero y principios de marzo tienen lugar las vacaciones de primavera, uno de los principales eventos en la vida de un universitario estadounidense. Se trata de un parón de una semana en la que los jóvenes norteamericanos aprovechan para viajar a destinos tan populares como Florida o México.
Pese a que no todos los estudiantes lo toman como tal, se trata de unos días de descontrol en los que el alcohol toma gran protagonismo. A los escándalos por mal comportamiento y por abusos sexuales, ahora se suma un nuevo quebradero de cabeza para los destinos que acogen a estos turistas con ganas de juerga: los abusos contra animales.
Durante estas semanas han circulado por las redes sociales numerosos vídeos en los que los muchachos muestran una total despreocupación por el bienestar de diferentes animales como gaviotas, estrellas de mar o tiburones. Desde intentar beber la cerveza usándolos como recipiente hasta utilizarlos como abrelatas. Algo que ha escandalizado tanto a sus mayores como a los habitantes de los destinos turísticos, que ven en peligro su fauna.
Sin duda, la peor cara de este tipo de turismo.