Norwegian lo está intentando todo para salvarse de la quiebra. Tras el rechazo en la concesión de ayudas públicas por parte del Gobierno noruego, la aerolínea y sus filiales se han visto obligadas a recurrir a un sistema de protección en Irlanda.
La compañía ha comenzado un proceso de “examinership”, una figura que permite a las empresas corregir elementos del negocio que requieren reestructuración, protegiendo los puestos de trabajo. A través de un examinador designado por un tribunal, la línea aérea puede lograr inversiones e implementar un plan legalmente vinculante para la liquidación de deudas
“Buscar protección para reorganizarnos bajo la ley irlandesa es una decisión que hemos tomado para asegurar el futuro de Norwegian en beneficio de nuestros empleados, clientes e inversores”, ha asegurado Jacob Schram, consejero delegado de la compañía.
Por otro lado, a través de un comunicado, la compañía ha afirmado que continuará operando sus rutas con normalidad, actualmente reducidas a conexiones nacionales dentro de Noruega, y seguirá cotizando en la Bolsa de Valores de Oslo.