Opinión
Nómadas digitales, ¿sí o no?
No estamos hablando de un turista basura que viene a nuestra región a emborracharse y maltratar el ecosistema. Al contrario, es un turista profesional
Hace unas semanas escribí una opinión titulada Turismo Premium, y todo lo demás, donde resumía el artículo con la frase: “Hay turistas buenos, mejores y extraordinarios, pero no hay turistas malos, el turista malo es el que no viene”.
Con esa idea, ya claramente queda respondida mi opinión con respecto al turista categorizado como nómada digital: por supuesto que sí, es mi respuesta.
Entonces, ¿por qué saco a colación con esta opinión? Hace tan solo 2 días leí en un diario digital insular en mi región un artículo en contra de los nómadas digitales: Los nómadas digitales y la problemática que se avecina. Ese artículo, absolutamente en contra del turismo de nómadas digitales, basaba su argumentación en que no pagan impuestos, usan nuestros servicios, incluyendo sanidad, e incluso la vivienda residencial se encarece. El artículo basa sus comentarios en “fuentes jurídicas y laborales”, sin concretar esas fuentes.
Esa turismo-fobia hacia este nicho de mercado es incomprensible y argumentada en cimientos de barro con información sesgada.
No estamos hablando de un turista basura, como detallaba en mi artículo Turismo Premium, y todo lo demás, que viene a nuestra región a emborracharse y maltratar el ecosistema. Al contrario, es un turista profesional, de por sí con un alto nivel de educación, al que le gusta desarrollar su trabajo en un entorno diferente al habitual, donde el buen clima tiene un gran peso en la decisión del destino. No es un cliente tacaño, sino un profesional que suele tener un buen poder adquisitivo y un alto nivel de gasto. Es exigente en los servicios, porque de ello depende que pueda hacer un correcto trabajo en remoto. Y todo ello repercute en la necesidad de darle servicios que paga, y que con ello mantienen o genera puestos de trabajo a personas que con su sueldo repercuten económicamente en otras personas y otros sectores. Contribuyen positivamente, sin duda, a la economía de la zona.
Tengo un amigo propietario de una start up tecnológica, con 45 trabajadores. En el 2019 se aventuró, teniendo 40 años, a hacerse nómada digital: se fue 6 meses a Tailandia, Camboya y Vietnam. Fue una experiencia fascinante, según comenta, y aprendió a teletrabajar. A principios del 2020 se fue a México, y justo ahora mismo está en Noruega. Además de ser una persona tremendamente respetuosa con las zonas que visita, siempre va acompañado de su tarjeta oro para los gastos. No todos los turistas nómadas digitales son así, tan generosos como mi amigo, ni tienen su capacidad económica, pero todos sí contribuyen a la economía del destino.
Creo tanto en este nuevo perfil de turista y en su diversidad de capacidad económica, que acabo de confirmar la adaptación de 4 habitaciones del hotel que dirijo para la comodidad y necesidades de este cliente profesional. Tenemos demanda para ello.
Esta categoría de habitación va a ser, por precio, la segunda más cara de nuestra oferta de habitaciones. El nómada digital estará en el segundo grupo que más va a pagar diariamente por su estancia.
Por favor, turistas nómadas digitales, sí.
*José Ángel Vázquez Romero, director del Hotel H10 Timanfaya Palace, director del área de Alojamientos Turísticos del Colegio Profesional de Turismo y docente en el MBA Turismo del Instituto Canario de Turismo
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