Desde finales de julio, casi a diario, recibíamos en el hotel llamadas de teléfono solicitando información y, si era posible, ayuda para conseguir coche de alquiler. “Hemos mirado por todos lados”, comentaban los clientes en las decenas de llamadas recibidas, “y, literalmente, no hay nada”.

Y era cierto. Por probar, yo mismo me metía en las webs de todas las compañías, así como hacía llamadas aleatorias, y era imposible conseguir un coche.

Pensaba que sería un problema puntual de Lanzarote. No miré si ocurría en otras zonas hasta que lo sufrí en mis propias carnes: comenté a mi esposa de salir un fin de semana a mediados de agosto, una escapadilla rápida para descansar dos días en una isla vecina. Tras un barrido por todas las compañías de alquiler de coches, no encontré ni uno disponible. Podría haber ido en taxi desde el aeropuerto y otro taxi para la vuelta, pero mi perfil necesita coche de alquiler para movernos con más libertad. Por no encontrar coche, desistí de llevar a cabo los planes, cancelé el viajé.

Fue en ese momento cuando comencé con una pequeña investigación e identifiqué que el problema alcanzaba a todas las zonas turísticas: prácticamente no había coches y los muy pocos que estaban disponibles estaban a precios disparatados, de más de 150€/día. Lo curioso es que encontrabas anuncios en redes sociales de personas incautas que ofrecían su coche privado para alquilar por días. ¡No saben el riesgo que corren!
 

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Preguntando entre colegas, todos achacábamos la falta de coches a una venta radical de flota, dejando un remanente incapaz de cubrir la demanda y, en cierto modo, teníamos razón. Sólo un pequeño porcentaje comentaba que, ante la falta de flota, querían aprovechar la coyuntura y hacer, literalmente, el agosto con precios abusivos.  

Afortunadamente, he podido contactar con personas claves del sector de coches de alquiler que me han dado su punto de vista, con datos más objetivos.

Me han recordado que, con el frenazo en seco, han sido muchas las empresas que se han quedado en el camino. Una de ellas fue la que trabajaba conmigo, una pena, eran tremendamente profesionales. Todas las demás han tenido que reducir flota, vender coches y generar liquidez para poder aguantar abiertos.

Llega julio y, de repente, a mediados de mes vemos un repunte de reservas para el resto de verano, mucho mayor que lo que los agentes turísticos esperábamos. Ha sido una agradable sorpresa, con mucho trabajo detrás, que nada ocurre solo.
 


 

Encontramos el primer cuello de botella: aumenta la demanda potencial y tenemos menos flota disponible. Adicionalmente, la demanda potencial se convierte en demanda real. "El turista que antes optaba por el transporte turístico compartido para realizar las excursiones turísticas, se decanta preferiblemente por un medio "más privado", donde sólo comparte el transporte con sus familiares o contactos más estrechos", me comenta mi amiga, responsable de una compañía de alquiler de coches.

“Y viendo que hay una estabilidad en la entrada de turistas, ¿habéis planteado aumentar flota?”, le pregunto. “Sí, lo hemos planteado todos”, me contesta ella, “pero tenemos dos inconvenientes: el primero son los problemas en la fabricación de coches debido a que no hay material eléctrico para fabricarlos, ya que en la pandemia se aumentaron las ventas de dispositivos móviles, tabletas y demás. Esto ha ocasionado que haya una merma para que el fabricante pueda fabricar coches y que los rent a car puedan de nuevo recuperar los niveles de vehículos que tenían antaño. Otro inconveniente es la financiación: las empresas se están encontrando con problemas de crédito (financiación, renting, leasing) para aumentar sus flotas”.

Sí, veo que es un problema. ¿Pero no ves un abuso en cobrar 200 euros al día por coches sencillos? “Esto es yield management: igual que tú vas subiendo el precio conforme baja tu disponibilidad de habitaciones libres, eso hacemos nosotros. Y no abusamos: primero, estamos acostumbrados a un precio tradicionalmente bajo en nuestras islas en comparación con otras zonas turísticas peninsulares y, comparando con hoteles cuando hay ferias y están a reventar, yo he visto habitaciones a 500€, que también lo veo un abuso, y todos lo entendemos”.
 

¡Necesito coche de alquiler!

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La conclusión, tras hablar con varios responsables, es que lo vivido en agosto ha sido una situación coyuntural excepcional. Ya se está aumentando flota, hay más oferta y, con ello, desde septiembre, se están estabilizando los precios. El objetivo de las empresas de rent a car también es volver a la normalidad

Como no hay mal que por bien no venga, el ADR (Average Daily Rate) se ha incrementado, cuanto menos, un 150%. No obstante, las sinergias del volumen facilitan la operación y gestión, con lo que el objetivo es conseguir las ratios de rentabilidad operativa general de antes de la pandemia y, para ello, hay que aumentar la flota.

Y el otro gran beneficiado ha sido el sector del taxi. No he conseguido datos de aumentos de viajes o facturación, "esto es secreto", pero sí es cierto que han aumentado las carreras locales, viajes a aeropuerto y excursiones a centros turísticos. Les viene bien este balón de oxígeno ya que, con la llegada de los patinetes, como comentaba en una publicación anterior, los viajes locales se habían reducido fuertemente.

 

*José Ángel Vázquez Romero, director del Hotel H10 Timanfaya Palace, director del área de Alojamientos Turísticos del Colegio Profesional de Turismo y docente en el MBA Turismo del Instituto Canario de Turismo