Opinión
“Co-living hotelero”, la adaptación de los hoteles al mercado de vivienda integral
El nuevo consumidor urbano busca flexibilidad, calidad, valor por su dinero y una comunidad donde descansar y el co-living hotelero ofrece todo eso
Crear edificios de co-living en los vecindarios de todas las ciudades y ofrecer alojamiento permanente a un precio asequible es una gran oportunidad, y solamente puedo pensar en ventajas y oportunidades donde la interacción en espacios bien equipados con precios más bajos que la mayoría de los apartamentos tipo estudio tradicionales y gestionados de forma profesional aporten un gran valor a la sociedad.
Diseñados para todas las edades y diferentes tipos de profesiones, estas comunidades inspiradas en la hospitalidad pueden transformar la vida hogareña de la misma manera que los espacios de coworking cambiaron la forma en que las personas se ganaban la vida.
La necesidad, como dicen, es la madre de la invención y existe la necesidad de un nuevo modelo de vivienda. Las ciudades son lugares increíbles para vivir, pero pueden estar superpobladas, ser caras y solitarias. Hay una falta real de vivienda, y es necesario que sea de una calidad decente pero también asequible.
Combinando calidad, accesibilidad y flexibilidad con comunidad y sentido de pertenencia el proyecto funciona
La alternativa es vivir en estudios privados con alto grado de diseño equipados con una pequeña cocina y un baño, tipo suite de hotel. Las áreas comunes tienen que ser superacogedoras y prácticas, por ejemplo, ofrecer una piscina y un spa, una cocina común central tipo isla para que más de una persona pueda cocinar al mismo tiempo, un simulador de golf de realidad virtual o una sala de juegos. Se puede pensar en todo tipo alternativas y recursos en función de cada edificio.
El modelo permite contribuir al desarrollo de un modelo de vida futuro, aplicando el interiorismo en el alma de los edificios. Es un concepto donde se amplía la visión de una estructura no tradicional que aliente a las personas a “trabajar, vivir y estar juntos”.
Este enfoque centrado en el ser humano se fija en el papel que la sociedad y la comunidad pueden desempeñar en el fomento de la felicidad y el bienestar de calidad, y cada edificio debe rendir homenaje al barrio en el que habita, con el objetivo de no perder su alma.
El nuevo consumidor urbano busca flexibilidad, calidad, valor por su dinero y una comunidad donde descansar, sin importar cuánto tiempo necesita estar ahí. El “Co-living hotelero” ofrece todo eso y representa un verdadero desafío para el “status quo” del piso compartido u hotel tradicional”.
Tener una casa conectada en un vecindario vibrante es especial, los nuevos desarrollos facilitan interacciones cara a cara, muy especiales.
Si bien la pandemia ha detenido temporalmente los planes de expansión de este concepto, el futuro está en transformar las áreas comunes de casas tradicionales en espacios de coworking. Cada casa debe mantener una densidad confortable que nunca vaya más allá de seis personas.
El concepto de co-living hotelero es innovador
Para ello hay que seleccionar edificios que tengan un sentido de larga estancia y que ofrezcan una versión refrescante de la vida en el barrio, que celebre su pertenencia a la zona y el patrimonio construido de la ciudad. Muchos hoteles actuales se pueden readaptar a este concepto.
“La vivienda asequible es uno de los mayores problemas en España”, “La gente se ve atrapada en un viaje largo al trabajo o en una situación de vida compartida incómoda que no es óptima”. Hay que centrarse en el bienestar y la comunidad, con el objetivo de hacer que las ciudades sean accesibles, atractivas y con futuro.
Hay que pensar en un dormitorio amplio que incluya una “cápsula” para dormir de estilo hotelero en un dormitorio compartido y acceso a una cocina gourmet, un área de trabajo compartido, un gimnasio bien equipado, un estudio de yoga y una sala de cine, sin mencionar la programación como la cocina, o estrenos de cine en una sala al uso para Netflix, o clases y charlas estilo TED.
La adaptación y el compartir gastos y experiencias reduce el coste de vida hasta el punto en el que se pueden reducir los costes operativos independientes de alojamiento en más de un 30%.
El coste y las comodidades no son los únicos beneficios, la comunidad debe compartir la pasión por la salud y el bienestar, la atención plena y la amabilidad. Desde leer o escuchar música en la terraza de una azotea, a jugar a videojuegos o hacer clases de gimnasia en grupo. Desde crear una zona de delivery para la comida a domicilio, o una conserjería 24 horas.
Crear una comunidad social multifamiliar de varias unidades sobre un modelo similar de alquiler por habitación para urbanitas. Unidades de alojamiento de dos, tres y cuatro habitaciones completamente amuebladas, pudiendo alquilar por habitaciones, en un concepto de “amigos con comodidades” para los espacios públicos.
Crear elegantes espacios que animen a los residentes a detenerse y charlar, y que aporten una sensación de energía y emoción, hacer que los residentes tengan una experiencia de hospitalidad residencial.
Hay que remodelar el modelo de hospitalidad tradicional y crear un tipo diferente de experiencia. El reto está en crear activos inmobiliarios en ubicaciones urbanas, y antiguos hoteles que puedan convertirse en opciones de vivienda comunitaria para jóvenes profesionales que compartan experiencias a un precio asequible, con un diseño elegante y muy simple y que pueda ofrecer todos los elementos esenciales que pueda necesitar el inquilino.
La democratización del lujo en el alojamiento adaptado a la vida diaria está llegando a nuestras vidas. Una nueva oportunidad en un mundo cambiante.
¿Por qué no vivir en un hotel humanizado de forma permanente?
*Artículo originalmente publicado en el blog de Jesús Menéndez López, CEO de Hotel Mystery Guest. Cuenta con MBA en Gerencia y Dirección hotelera por la Universidad Politécnica de Madrid, ha realizado estudios en UCC (University College Cork, Irlanda).
Te recomendamos