Uno cuando viaja a un sitio que no conoce lo hace con una especie de venda en los ojos, con la esperanza de que todas esas fotos que aparecen en internet se asemejen a la realidad. Para mí viajar es sinónimo de vivir y nunca me había sentido tan vivo como en Croacia. 

La vida no espera por nadie, y con el paso de los años es algo que cada vez tengo más claro. Cuando miro a mi alrededor tengo la fortuna de mantener casi intacto al grupo de amigos con los me crié. Como es normal, el paso del tiempo te va llevando a conocer a otras personas y las que vienen para sumar siempre son bienvenidas. Por eso teníamos claro que aquel verano de 2019 debería ser un homenaje para celebrar nuestra amistad. Ahí fue cuando nació la posibilidad de ir a Croacia. 

¿Por qué Croacia? Por el Sonus Festival. Pero no queríamos que este viaje fuese solo ir a un festival, queríamos explorar también el país que acoge en sus orillas el agua del mar Adriático. Y así fue.  

Cuando un canario llega a Croacia, en este caso a Zagreb, como hicimos nosotros, seguramente dejará de parpadear por un rato. El verde naturaleza que desprende el país no deja indiferente a nadie. Eso y su orografía al más puro estilo mediterráneo hace que en pocos minutos sepas que ha sido buena idea pisar tierras croatas. 

El festival, del que hablaré más adelante, obviamente no nos permitió visitar todo el país, algo que agradezco porque, al menos en mi caso, ya tengo en mi agenda marcada la posibilidad de volver a recorrer lo que se me quedó en el tintero.  

Sí tuvimos la suerte de perdernos por el Parque Nacional Krka. Uno de los lugares con más magia que se han proyectado en mis retinas. Ver el atardecer en Zadar, mientras tu alma baila con el sonido del Órgano del Mar. Un órgano que, gracias a la unión de la naturaleza con la obra del ser humano, emite una armonía especial para un momento único que no se puede explicar con palabras. 

Parque Nacional Krka, un lugar para perderse, de acuerdo con el autor

Sonus festival, el paraíso de la música electrónica

Como les había comentado, el Sonus Festival fue el motor principal del viaje para nosotros. Este evento se celebra en la isla de Pag, la pequeña Ibiza croata, la cual recomiendo infinitamente recorrer y perderse por sus alrededores, porque te encuentras rincones espectaculares y pequeños pueblos llenos de encanto. El festival es increíble. Su ubicación, los artistas, el buen rollo que se respira y, además, reúne a personas de muchas nacionalidades. Una experiencia que, sin duda, ha marcado nuestras vidas y que siempre tendrá un hueco en nuestra memoria. 

No son buenos momentos, casi todo el planeta está confinado para luchar contra el COVID-19. Y es paradójico que haya tenido que ser un virus el que nos haya recordado lo realmente importante en la vida. Tengo claro que saldremos mucho más renovados y fuertes de todo esto, pero mientras puedes ir planeando a dónde te vas a escapar cuando volvamos a respirar sin mascarillas. Escucho a Marwan mientras escribo y seguro que "La vuelta al mundo contigo" te ayudará a volar, aunque sea desde el sofá. 

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