Hace unos años, y no hablo de hace tanto tiempo, cualquier restaurante tenía su carta o su bufé y no había otras opciones de comidas, pues no se conocían o no se tenían en cuenta las alergias o intolerancias alimenticias.

Si te sentaba mal la comida dábamos por hecho que te había sentado mal y punto.

A fecha de hoy, todo eso ha cambiado, los establecimientos se enfrentan diariamente a la elaboración de comidas para mil tipos de intolerancias y alergias. Algo que hace que complique la elaboración de un menú de un vuelo o restaurante, al igual que la puesta en marcha de un bufé en un hotel o crucero.

Algunas de las más comunes son la celiaquía o la intolerancia a la lactosa, pero hay una infinidad, como muestro a continuación:

• Los huevos (principalmente niños).
• El pescado (niños mayores y adultos).
• La leche (personas de todas edades).
• Los maníes (personas de todas las edades).
• Los mariscos, como camarón, cangrejo y langosta (personas de todas las edades).
• La soya o soja (principalmente niños).
• Las nueces de árbol (personas de todas las edades).
• El trigo (principalmente niños).

Algunas personas tienen una alergia oral. Este es un síndrome tipo alergia que afecta la boca y la lengua después de comer ciertas frutas y verduras frescas como melones, manzanas, piña y otros alimentos que contienen sustancias similares a ciertos pólenes.

Así que en una mesa de varios comensales te puedes encontrar que un porcentaje sea alérgico o intolerante a algún producto y las cocinas deben estar preparadas para ello y tener menús alternativos.

Soy de los que pienso que un futuro esto se irá aumentando y será bastante complicado adaptar el menú a cada comensal.

Es un tema para pensar y comenzar a estudiar cómo se llevará a cabo este cambio de salud en la sociedad que afecta directamente a la restauración de todos los sectores.

*Ricardo Zapata García es Técnico y especialista en Turismo

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