Desde el día 18 de marzo el mundo de la touroperación ha cambiado. Día tras día estamos tramitando las cancelaciones de los viajes reservados y somos, sobre todo, los pequeños y medianos TT.OO. especializados los que estamos sufriendo.
Según el artículo 12 (2) de la directiva sobre viajes combinados y servicios de viaje vinculados, tanto el viajero como el operador turístico pueden cancelar el viaje sin penalización alguna en caso de “concurrir circunstancias inevitables y extraordinarias en el lugar de destino o en las inmediaciones que afecten de forma significativa a la ejecución del viaje combinado o al transporte de pasajeros al lugar de destino".
Cancelar sin penalización alguna significa para los TT.OO. trabajar sin pagos.
Por culpa de este artículo, la industria del turismo en la UE se encuentra en una situación que amenaza la existencia del sector. Según la directiva, los TT.OO. —que efectúan una gran parte del trabajo antes de iniciar el viaje como el asesoramiento, la preparación de ofertas, los servicios del viaje (vuelos, hoteles, excursiones, traslados, etc.)— no debemos facturar ni por el servicio prestado ni por los pagos anticipados y ya realizados en el caso de una cancelación causada por una pandemia.
“Circunstancias inevitables y extraordinarias” significa una situación fuera del control de la parte que la alega y cuyas consecuencias no habrían podido evitarse incluso si se hubieran adoptado todas las medidas razonables.
Según la directiva, los operadores turísticos deben reembolsar en un plazo de 14 días el precio total del viaje si este no puede realizarse por circunstancias excepcionales inevitables. Como todos sabemos, en muchos casos el dinero ya pagado en el extranjero no suele ser devuelto; los operadores turísticos solo reciben bonos que los clientes luego no aceptan, ya que quieren que se les devuelva el dinero. También se da la situación en la que no recibimos ningún reembolso o los que llegan desde las aerolíneas lo hacen con retraso. Muchos clientes insisten en recibir su dinero al instante y si no lo hacen, muchas veces ponen el asunto en manos de un abogado, lo que significa aún más gastos.
Es decir, nosotros, los operadores turísticos realizamos el trabajo para gestionar las cancelaciones sin recibir dinero por ello.
¿Acaso el cliente no tiene alguna responsabilidad individual al reservar un viaje?
Parece que al crear la directiva sobre viajes combinados nadie se podía imaginar que podría ocurrir una pandemia mundial y las consecuencias resultantes de ella.
Como en la UE estamos todos en la misma situación, hemos decidido levantar una petición para pedir un cambio de esta Directiva para evitar que más y más TT.OO. tienen que abandonar su negocio debido a esta directiva que nos lleva a la ruina a todos.
En una carta abierta a la Ministra de Justicia y Protección al Consumidor de Alemania, la Sra. Lambrecht, el Prof. Dr. Führich (uno de los expertos más capacitados en el derecho de viajes alemán y europeo) mostró el posible marco legal para un cambio que se pide.
Pedimos que los clientes paguen una parte de los gastos de cancelación en el caso de que se trate de una cancelación del viaje por fuerza mayor.
Si vosotros también deseáis mantener la diversidad de ofertas en la industria europea de viajes y creéis que el trabajo realizado debe ser justamente remunerado, os rogamos que nos apoyéis votando a favor de una enmienda de la directiva Europea sobre viajes combinados. Juntos quizás logremos que no todos abandonen nuestro negocio y profesión.
https://www.openpetition.eu/petition/online/reforma-de-la-directiva-sobre-viajes-combinados