De acuerdo con la información facilitada por Copernicus, el Sur de Europa y específicamente España, está padeciendo un tremendo stress térmico con un número récord de días y con una clara tendencia al alza. Algo que repercutirá en los destinos turísticos, porque además es un fenómeno que tiene relación con las precipitaciones y su consecuente sequía, que afecta directamente a la gestión turística que conlleva un importante gasto de agua (un mínimo de 300 litros/día en alojamientos, restauración, ocio, actividades, etc. pudiendo llegar hasta los 800 litros/día). Y también, a la agricultura y ganadería, que son vitales porque son los proveedores de la restauración y esta merma de agua, no solo dificulta mucho su existencia, sino que provoca un encarecimiento de sus productos que repercutirán en los precios de la gastronomía y la actividad turística.
La gestión turística conlleva un importante gasto de agua (un mínimo de más de 300 litros/día en alojamientos, restauración, ocio, actividades, etc. pudiendo llegar hasta los 800 litros/día)
Es evidente que las consecuencias de la sequía son tremendas para la población, pero también para los ecosistemas y biodiversidad, que tendrán un posterior impacto negativo en la conservación de los hábitats, algo clave para los servicios ambientales que repercuten directamente en el turismo y los turistas.
El conocido fenómeno de El Niño (calentamiento del Océano Pacífico) que se prevé afecte ya este verano, es el principal causante de este incremento de temperaturas en Europa. Aunque también de la producción de fenómenos climáticos extremos, lo que afectara tanto a la producción agrícola, ganadera como turística, también de forma directa e indirecta.
Pero no es que los destinos turísticos y el sector puedan evitar, por ejemplo, los efectos de El Niño o fenómenos ambientales de esa índole. Como se ha repetido en numerosas publicaciones, ser capaces de mitigar los fenómenos con estrategias de anticipación, que conlleva unas importantes medidas de ingeniería ambiental. En España la sequía es un fenómeno cíclico y, por tanto, se puede prevenir.
Si retomamos el tema de la sequía, algo que está afectando y afectará bastante al turismo por su importante dependencia de dicho recurso, se está desarrollando algunos proyectos de gran calado, con grandes inversiones públicas, como la regeneración del agua o de alguna manera su circularidad que implica recuperar la residual y reutilizarla para evitar depender tanto de los embalses.
La regeneración del agua es un proceso que tiene como objetivo recuperar la que ha sido utilizada y tratada para su reutilización en lugar de desecharla. Es una técnica fundamental para conservar y gestionar el agua de manera sostenible.
Existen diferentes métodos para su regeneración, pero en general, se trata de procesos físicos, químicos y biológicos que permiten eliminar los contaminantes presentes en el agua residual para que pueda ser utilizada nuevamente. Entre estos procesos se encuentran la filtración, la sedimentación, la oxidación, la cloración, la desinfección con rayos ultravioleta, entre otros.
El agua regenerada puede tener diferentes aplicaciones como el riego de cultivos, la recarga de acuíferos, la generación para uso industrial, la producción de agua potable, entre otros. Además, puede contribuir a reducir la extracción de fuentes naturales y disminuir la contaminación de los cuerpos de agua.
España es un país cada vez más árido que soporta un alto nivel de estrés hídrico. Según el World Resources Institute, es el 4º estado con peor situación de toda la Unión Europea.
El sur del continente fue especialmente golpeado. “Experimentó un número récord de días con estrés térmico muy fuerte. En general, en toda Europa se observa una tendencia al alza en el número de días de verano con estrés térmico fuerte o muy fuerte, y en el sur de Europa ocurre lo mismo con el estrés térmico extremo”, relata Copernicus, y se espera que en el sur de Europa sigan las condiciones secas en primavera y verano.
La regeneración es una técnica cada vez más utilizada en destinos turísticos para mejorar la sostenibilidad y la gestión del recurso hídrico, y existen varios ejemplos exitosos en diferentes destinos turísticos del mundo: Uno es el caso de la Isla de Cozumel, México, donde se ha implementado un proyecto de tratamiento y regeneración de aguas residuales para su reutilización en la irrigación de campos de golf y áreas verdes. Este proyecto ha permitido reducir significativamente el uso de agua dulce y la regeneración de aguas residuales en la isla.
Otro ejemplo es el de Singapur, que ha implementado un sistema llamado NEWater, que utiliza una combinación de procesos de tratamiento físicos, químicos y biológicos para producir agua de alta calidad apta para el consumo humano. También se utiliza para la industria, la refrigeración de edificios y para la recarga de acuíferos.
En España, el Parque Natural de las Lagunas de La Mata y Torrevieja, en la Comunidad Valenciana, utiliza un sistema de tratamiento y regeneración de aguas residuales para su reutilización en el riego de cultivos y la recarga de acuíferos. Este proyecto ha permitido reducir el impacto ambiental y el consumo en la zona.
Cataluña cuenta con más de 40 estaciones de regeneración que tratan aguas residuales. La tercera parte de los 60 hectómetros de agua regenerada que aportaron estas instalaciones en 2022, fue para uso humano. El resto fue utilizado para garantizar el caudal ecológico del río para su flora y fauna, evitando así recurrir a los embalses. Por ejemplo, se construyeron pozos en el delta para infiltrar agua depurada dulce en los acuíferos para evitar la entrada de la salada.
Pero es que los recursos hídricos disponibles son un 12 % menores que en 1980, y se prevé que para 2050 disminuyan entre un 14 % y un 40 % adicional.
En los años de pocas lluvias, como el actual, la escasez de agua puede generar problemas importantes para los agricultores y repercutir en los precios de los alimentos que repercutirá en la hostelería.
Volviendo al tema de las altas temperaturas, la mitigación del calor en destinos turísticos es un tema cada vez más importante, especialmente en zonas donde las temperaturas elevadas pueden afectar negativamente la experiencia del turista y la calidad de vida de los residentes locales. Estos son algunos ejemplos de medidas de mitigación del calor que se han implementado en destinos turísticos:
Espacios verdes y parques: La creación de espacios verdes y parques en zonas urbanas y turísticas puede ayudar a reducir la temperatura ambiente y mejorar la calidad del aire. Además, estos espacios ofrecen un lugar fresco y sombreado para que los turistas y los residentes locales puedan descansar y relajarse.
Techos y paredes verdes: La instalación de techos y paredes verdes puede ayudar a reducir la temperatura ambiente y mejorar la calidad del aire en edificios turísticos y en zonas urbanas. Estos sistemas de vegetación ayudan a absorber la radiación solar y a crear un efecto de enfriamiento en el ambiente.
Sistemas de enfriamiento urbano: Los sistemas de enfriamiento urbano utilizan tecnologías como la nebulización de agua, los pavimentos permeables y la ventilación natural para reducir la temperatura ambiente en zonas urbanas y turísticas.
Edificios sostenibles: Los edificios turísticos sostenibles están diseñados para maximizar la eficiencia energética y reducir el consumo de energía. Estos edificios suelen utilizar tecnologías de refrigeración y ventilación más eficientes y están diseñados para maximizar la sombra y la ventilación natural.
Uso de materiales y colores reflectantes: La utilización de materiales y colores reflectantes en las superficies urbanas puede ayudar a reducir la temperatura ambiente y evitar el efecto isla de calor en zonas turísticas. Por ejemplo, los pavimentos blancos reflejan mejor la radiación solar y reducen la absorción de calor en el ambiente.
Existen medidas y herramientas para disminuir estos impactos negativos que son una inversión “verde” muy eficiente para los destinos
Por concluir, es importante enfatizar que estos fenómenos ambientales, como el incremento de temperaturas y la sequía, tienen un gran impacto negativo en el turismo, ya que además de encarecer bastante su gestión y, por tanto, su precio, provoca una mala percepción en la demanda.
Sin embargo, como he expuesto, existen medidas y herramientas para disminuir estos impactos negativos que son una inversión “verde” muy eficiente para los destinos y en general para el territorio donde se ubican.
*Arturo Crosby es editor de Natour magazine.