Opinión
Esta imagen de excesos no es la que nos merecemos ni los palmesanos, ni Mallorca
No se puede castigar el modelo ‘all Inclusive’, cuando luego ves que el turista bebe sin límites en la playa, en la calle o en los Biergarden que tanto gustan a estos clientes
Excelente la iniciativa del Ayuntamiento de Palma, que ha impulsado una campaña para frenar el turismo de borrachera bajo el lema 'Diviértete con respeto'; sin embargo, debe ir acompañada con más acciones, entre ellas, apoyo a la Policía, Sanidad y servicios de limpieza que lidian con esta pésima imagen.
Yo mismo he sido testigo esta semana de grupos de chicos y chicas completamente alcoholizados, tambaleándose por la calle, una chica tirada en el suelo o, peor todavía, un chico de unos 30 años durmiendo en medio de la carretera en una rotonda. Esa imagen de excesos no es la que nos merecemos ni los palmesanos, ni Mallorca, ni nuestra policía, médicos, servicios de limpieza, que pagamos nosotros para otra cosa diferente a “recoger” turistas completamente alcoholizados o los restos de sus botellones.
Es momento de pasar a la acción y de que se incrementen las sanciones para quien no cumpla las leyes y normas de civismo. La playa se ha convertido en “la antesala preparativa a la alcoholización sin freno”. En ella calientan motores, y, cuando se pone el sol, van al Biergarden de turno. Playa de Palma, siendo la cuna del turismo vacacional del paquete turístico desde los años 60 —al igual que toda Mallorca— se merece mucho más como destino maduro y oferta alternativa de calidad. No es solo para aquellos que vienen a beber y beber sin respeto.
Hagamos algo y hagámoslo por todos los que se levantan cada día a trabajar en la zona y lo dan todo por brindar una experiencia inolvidable a los turistas. Hagámoslo por aquellos funcionarios que lo dan todo para proporcionar seguridad, atención médica, limpieza y muchos otros servicios, y que se merecen más apoyo y que les dejen trabajar y no convertirse en “niñeras” que recogen a los que beben sin control y dejan sus restos en nuestras calles. ¡Que les sancionen!
El problema no está en la planta hotelera. No se puede castigar con normativas nada competitivas que limitan el modelo ‘all Inclusive’, cuando luego ves que el turista bebe sin límites en la playa, en la calle o en los típicos Biergarden que tanto gustan a estos clientes. Si no se hace más presión ahora que es mayo, no me imagino julio y agosto, cuando habrá familias y llenos a reventar… Cuando vean esa imagen de gente que se desploma de tanto alcohol, dejarán de venir. Entonces y solo entonces, la Playa de Palma, copiada e imitada como concepto y modelo turístico por otros destinos.
Será la playa de los borrachos e impresentables que orinan en la puerta de tu coche y expulsan por la boca sus excesos de cerveza en la puerta del vecino. En ese momento, la inversión que muchos hoteles han realizado y el famoso —eterno— plan de mejora de la Playa de Palma servirán de muy poco, porque ya seremos el 'BIERGARDEN 24 HORAS DE EUROPA”. Bebe y bebe sin parar hasta reventar.
Digo yo que, por respeto a la Playa de Palma, que tanto nos ha dado a todos los que trabajan duramente, a vecinos que intentan vivir en la zona, porque ahora es una peli de zombis que vagan y vagan por las calles con el Google Maps averiado porque no son capaces de encontrar cama.
Volvamos al Origen, PHILOXENIA (amor por el extranjero, SÍ) pero explicándole, que eso ¡AQUÍ NO!
*Jose Yudici es CEO y fundador de la empresa de expansión hotelera www.philoxeniahospitality.com.
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