El pasado día de Navidad se realizaron en el espacio aéreo europeo 14.868 vuelos, 95 menos que el mismo día de 2019. El 2022 terminó con un 83% de operaciones del año de referencia y crecerá 10 puntos porcentuales en el presente ejercicio.
Algunas compañías ya han ido más rápido: Ryanair, con el 119%, y Wizzair con 114%, han sido las destacadas. Todo esto, por supuesto, con un cuarto del espacio aéreo europeo cerrado por la invasión rusa de Ucrania.
Este optimismo general ha hecho sonar las alarmas en Eurocontrol, el organismo encargado de la gestión de ese espacio tanto para fines civiles como militares.
En su informe de finales de diciembre advierte que, al subir la demanda, este verano se pueden producir retrasos por falta de disponibilidad de espacio aéreo en Europa, por la posibilidad de huelgas y por continuar las dificultades en las cadenas de suministro. Además, habrá, en su día, que tener en cuenta la imprevisible evolución de la guerra.
En Europa el espacio aéreo está fragmentado y carece de un gestor único.
Las entidades gestoras de la navegación aérea miembros de Eurocontrol — ENAIRE en el caso español— más las organizaciones internacionales colaboradoras, están comprometidas a crear un espacio único europeo que aumente la competitividad del sector y optimice la gestión del tráfico.
Desde comienzos de siglo, tanto la Unión Europea, como Eurocontrol y los diferentes estados, se han comprometido a crearlo, como el sector aéreo exige. Las compañías aéreas acusan a los gobiernos de lentitud en la implementación.
El sistema actual es de los más congestionados del mundo. Incluye sectores restringidos para uso militar, incluso cuando no se usen. No va a poder soportar el creciente tráfico.
El paso más importante en el largo camino ha sido la sustitución de las fronteras nacionales por nueve “bloques funcionales de espacio aéreos”. España y Portugal integran uno de ellos.
Los fabricantes de aviones, las compañías aéreas, la OMT y otras entidades, calculan un crecimiento anual de 4 % del tráfico aéreo para la próxima década. Pero para que eso ocurra en Europa, hace falta reestructurar el sistema de gestión de la navegación aérea para hacerlo más eficaz.
*Ignacio Vasallo es director de Relaciones Internacionales de la Federación de Periodistas y Escritores de Turismo (FEPET).