Lo que a continuación van a leer no es una nota de prensa de la Junta de Extremadura, sino mi apreciación personal y profesional por conocer la región y en especial por lo que acabo de presenciar esta misma semana en el congreso ibérico de Iberttur, celebrado en Plasencia.
Hay una imagen de esta región estereotipada que no responde a la realidad y que todavía es un lastre para que el turismo alcance las cuotas que muchos esperan, pero que afortunadamente, tanto para la oferta turística como para la demanda, se ha implantado un criterio claro de modelo turístico basado en la sostenibilidad, y que ahora suma también la implementación de otras herramientas de gestión basadas en la digitalización que, sin duda, apoyan a ser más eficientes y sostenibles, que va de la mano.
Esta región del oeste está hermanada, turísticamente hablando, con Portugal y especialmente con el Alentejo, que es un destino que también ha apostado por la sostenibilidad y recientemente por la exclusividad, algo que he notado se está produciendo en Extremadura que está acogiendo nuevas inversiones turísticas en zonas rurales, algunas remotas, de alojamientos de 4 y 5 estrellas, como el Palacio de Arenales & Spa, el Aqua et Oleum o Dehesa Don Pedro entre los más recientes, y parece que los potenciales inversores internacionales están mirando con otros ojos este territorio.
Los recursos naturales y culturales deben tener un nivel de calidad que requiere una apuesta por la regeneración, tanto para su conservación, como para su recuperación
Posiblemente, sea el patrimonio natural y cultural el gancho para atraer nuevas iniciativas porque, afortunadamente, estos recursos tienen un gran valor y, de acuerdo a lo que enfatiza el director general de turismo de Extremadura, Francisco Martín, tienen claro que los recursos naturales y culturales deben tener un nivel de calidad que requiere una apuesta por la regeneración, tanto para su conservación como para su recuperación. Hecho que se demuestra porque la ponencia de este reciente congreso Iberttur fue sobre turismo regenerativo rural.
Pero sería bueno recordar para quienes no conozcan este destino del oeste español unas notas geográficas que definen la potencialidad turística, ya que hablamos de un territorio que tiene una distancia de norte a sur de más de 270 km, con apenas un millón de habitantes y una densidad de 25 habitantes por km², lo que se traduce en poder presumir de grandes espacios sin construir.
Si añadimos además de estos espacios las zonas naturales protegidas como los Parques Naturales de Monfragüe, Parque Natural de Cornalvo y Sierra Bermeja, Parque Natural del Tajo Internacional, Reserva Natural de Garganta de los Infiernos, Monumento Natural de los Barruecos, Parque Natural de Sierra de Hornachos, y las Zonas de Especial Protección para las Aves (ZEPA) en el Embalse de Orellana y Sierra de Pela, Monfragüe y Sierra de San Pedro con unas 130.000 Ha sin duda definen un Patrimonio Natural que pueden posicionar este destino a nivel internacional.
Y aunque precisamente existe todavía una cierta imagen de asociar Extremadura con zonas áridas lo cierto es que sus zonas de embalses y ríos hacen de esta región un destino de “turismo azul” con más de 1.400 km de costa interior y 175 embalses de diferentes tamaños que incluye el 50% de las banderas azules de España.
Pero este turismo azul también se basa no solo en las aguas sino en los cielos, provocando la aparición de iniciativas de astroturismo en especial en el Valle del Ambroz, aunque el destino clave y pionero se ubica en la zona del embalse de Alqueva que discurre entre España (Extremadura) y Portugal (Alentejo) con unos cielos limpios de gran calidad. Es el DarK Sky Alqueva un destino que realmente merece un viaje, ya que además incluye una serie de pueblos muy bien conservados con un excelente patrimonio cultural, en el que destaca la gastronomía.
Y si bien existen industrias que pueden amenazar la calidad de la naturaleza de Extremadura, el turismo es y debe ser siendo su gran aliado estratégico
Y obviamente por haber escogido la Naturaleza como factor clave de atracción turística y por ser una zona de gran valor, he dejado de lado su parte cultural y social que le confiere un valor añadido, ayudando a su competitividad turística.
Y si bien existen industrias que pueden amenazar la calidad de la naturaleza de Extremadura, el turismo es y debe ser siendo su gran aliado estratégico.
*Arturo Crosby es editor de Natour magazine.