Opinión
El éxito de FITUR
Los resultados de FITUR 2023 son positivos: el número de profesionales y público es similar al de antes de la pandemia, pero los defectos también siguen siendo los mismos
Los resultados de FITUR 2023 son positivos. El número de asistentes: profesionales y público ya es similar al de los años previos a la pandemia. Los defectos también siguen siendo los mismos; especialmente el ruido durante los días dedicados a los profesionales que impide que las presentaciones en los pabellones que dan a los pasillos puedan ser seguidas tranquilamente.
Desde su inauguración en 1981, he asistido a todas las ediciones. Durante 5 años formé parte de la Comisión Ejecutiva en representación de la Dirección General de Promoción del Turismo. En su modesto origen, según la idea de Javier Gómez Navarro y Alfonso Seoane, era una feria del turismo hispanoamericano que se apoyaba en la recién creada IFEMA, la Cámara de Comercio de Madrid, Iberia, el Ayuntamiento capitalino y la Secretaría de Estado de Turismo, principalmente. Después, lógicamente se integró la Comunidad Autónoma de Madrid. El espíritu se ha mantenido, aunque ha crecido la participación de países de Asia-Pacífico, al ser ya España un país interesante como emisor.
El crecimiento de IFEMA como unos de los principales gestores de ferias de Europa ha ido parejo con el FITUR, que se codea hoy con la ITB de Berlín —que todavía no se celebra presencialmente — y con la WTM de Londres. Se diferencian por el indudable peso que tienen los touroperadores europeos.
Gracias a ese éxito, o colaborando al mismo, han surgido importantes actividades previas como CIMET, que reúne a los ministros iberoamericanos de Turismo con el sector, organizado por NEXOTUR; y los seminarios de EXCELTUR —que presento en esas fechas su, siempre competente, informe 'Perspectivas sobre balance del año anterior y previsiones para el actual' y HOTUSA, que se alternan anualmente.
No se trata de considerar al turismo chino marginal, sino de asignar recursos a su promoción proporcionales a su importancia real en la actualidad y a las expectativas de futuro"
Con FITUR sport, que se inauguraba este año, son ya 10 las áreas especializadas que realizan actividades y presentaciones en la feria.
Las dudas sobre el retorno a la normalidad han quedado resueltas. Dadas las fechas en las que se celebra, los participantes aprovechan para hacer el balance del año transcurrido y las previsiones para el siguiente. Según la OMT, el turismo mundial estaría aún a un 65% de los registros previos a la crisis, mientras que las autoridades españolas calculan que, en nuestro caso, habría llegado al 80%. Pero si analizamos el último trimestre podemos comprobar que los resultados son mejores, puesto que estaríamos ya en cifras similares al año 2019. La actividad total también ha sido similar en términos económicos para el conjunto del año, aunque con cifras no deflactadas.,
A pesar de los duros golpes de realidad que reciben periódicamente, autoridades, instituciones, medios de comunicación y algunas empresas han resaltado este año su intención de dar prioridad al mercado oriental y especialmente al chino. En el foro HOTUSA, el presidente de Iberia repitió su deseo de que Barajas se convierta en un centro de conexión con Asia; el Secretario de la Mesa del Turismo en declaraciones a Radio Nacional de España, la Ministra de Turismo, el responsable de la Comunidad de Madrid y El País, en su edición del domingo y en su editorial del lunes, señalaron que una de las prioridades para este año será el turismo chino y, en consecuencia, se financiará la promoción en ese país muy por encima del peso que supone en los ingresos turísticos. Los argumentos son siempre los mismos: China es el primer emisor mundial de turismo al extranjero —más de 150 millones en el año de referencia— y que cada turista chino gasta 2.400 euros por cada viaje que realiza a nuestro país —más del doble que alemanes o ingleses, rematan—.
La realidad es que Macao u Hong Kong figuran como extranjero en las estadísticas de la OMT, que la mayoría de los viajes son a países vecinos y que a Europa solo vinieron 10 millones en el 2019. Por otra parte, los famosos 2.400 euros por viaje incluyen el transporte, las comisiones de turoperador o agencia y otros gastos que se realizan a empresas chinas, y el total de las compras —uno de los principales gastos— de los que luego recuperan el IVA al ser China país no comunitario. El gasto neto realizado en España sería la mitad aproximadamente. No se trata de considerar al turismo chino exclusivamente marginal, sino de asignar recursos a su promoción proporcionales a su importancia real en la actualidad y a las expectativas de futuro.
En el mismo foro antes mencionado, el exministro Álvaro Nadal puso el dedo en una de las principales llagas de nuestro sector turístico: la escasa formación no solo de los implicados directamente, sino del conjunto de la población, en idiomas, especialmente el inglés. Es un tapón que impide un crecimiento adecuado en los segmentos de mayor gasto. Hay deficiencias notables en todos los segmentos y no se aprecia un esfuerzo real para solucionarlos. Como remate señaló que las deficiencias son precisamente mayores en las comunidades turísticas. El resultado es que más de medio millón de extranjeros —cifras del año 2019—, trabajan en España en este sector. Lógicamente, muchos son inmigrantes que tienen que aceptar trabajos duros y mal pagados, pero otros son europeos contratados para atender en su idioma a los visitantes.
*Ignacio Vasallo es director de Relaciones Internacionales de la Federación de Periodistas y Escritores de Turismo (FEPET).
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