Es muy cierto que la actividad empresarial del sector del Turismo y la Hostelería está al alza, los resultados de Semana Santa y puentes han sido considerados muy aceptables, los pronósticos de futuro son también muy altos y la visitas de turistas internacionales también están consideradas unas buenas cifras:
La crisis económica no afecta tanto a Hostelería y al Turismo.
En España vivimos en una sociedad a la que nos gustan los bares, alternar con familia o amigos, hacer escapadas turísticas cada vez que juntamos tres días, sociabilizar y disfrutar así.
Son gastos que se asumen como normales.
¿Quién no quiere más y mejor?
Los trabajadores:
Los empleados del sector turístico y Hostelero desean jornadas más cortas, pero otros desean más jornal, e incluso trabajar más horas; pero lo que más desean, y es común en todos ellos, es estabilidad laboral, trabajar en buen ambiente y la tranquilidad de cobrar a fin de mes, algo que aún, aunque parezca increíble, parece que cuesta conseguir.
Los trabajadores pueden lograr sus deseos, y por eso, en su búsqueda, cada vez que creen que otra empresa les brinda ese algo más que buscan, no lo dudan, y cambian de empresa, hasta que adquieren una determinada edad, cuando son conscientes de que siempre en todas las empresas hay pros y contras, y dejan de cambiar y apuestan por la estabilidad laboral.
Los clientes:
Los clientes desean más sorpresas agradables, más placeres, más reconocimiento, tener que estar menos pendiente de que ocurra algo que les disguste, en definitiva sentirse más valorados y queridos.
Los clientes para conseguir sus deseos deben buscar, indagar, y por eso desechan y no vuelven o acuden, con menos frecuencia, a aquellas empresas que no les cubren más plenamente sus expectativas.
Los empresarios:
Y por último, mencionemos a los empresarios.
Los empresarios quieren más tranquilidad, más rentabilidad empresarial, más facilidad en resolver los problemas, pero juegan en contra la crisis económica, el aumento del coste de las materias primas y servicios, y las mayores necesidades y exigencias de los clientes, poniendo en apuros la rentabilidad y actividad empresarial.
Los empresarios para llegar a esa situación deseada y favorable solo tienen que aplicar correctamente la experiencia y los conocimientos, pero ojo: no solo los que ya posee, sino también aquellos conocimientos que le faltan y que son la clave sustancial.
Es como aplicar la experiencia cuando analizas un guiso y entiendes que le falta o le sobra un determinado ingrediente y como debes corregir ese exceso o carencia.
¡Pero ojo!
Mucho cuidado, que va en ello la continuidad de la actividad empresarial:
Hoy, no basta con analizar el sabor, de un guiso, hay que incidir en la imagen, en la presentación, en los emplatados, en las guarniciones, en el servicio que brinda el personal, y en otros mil factores que incidirán en lograr ese "querer más" desde la comodidad de las sillas por no considerar la conveniencia de poner cojines, por ejemplo, o hasta "querer más" cuidado en el estado de revista de los cuartos de aseos.
Por eso, si un empresario "quiere más" (ya sea rentabilidad como tranquilidad) debe aprender más, aportar más e implicarse más.
Pero la cuestión que parece que los empresarios no acaban de entender es que la implicación, para que dé sus frutos, no puede seguir siendo con los mismos planteamientos, por el contrario, deberían utilizar nuevas estrategias, que estén contrastadas.
Cuidado con los planteamientos negativos, como comentaba al principio, Turismo y Hostelería están en auge y se pueden obtener muy buenos resultados.
Querer más y lograrlo es posible.
Pero mientras no se apliquen nuevos planteamientos, más actualizados, más acorde con las necesidades actuales de clientes y equipos, mientras se siga con la misma manera de gestionar, no aparecerán esos cambios sustanciales y necesarios para alcanzar ese Querer Más.
"Para que ande el carro, hay que engrasarlo".
*Luis Martínez Moreno es asesor/consultor, cliente incógnito y profesor de hostelería.