Opinión

Los hoteles de la Costa Blanca deberían fijarse en el modelo hotelero de las islas griegas

A pesar del aumento en la demanda de viajes, muchos destinos no han adaptado su infraestructura para manejar el flujo turístico

Playas llenas de gente, calles atestadas y largas esperas para hacer cualquier actividad: desafortunadamente, estas son escenas comunes en los destinos populares.

A pesar del aumento en los precios de los billetes de avión, hoteles y viajes en general, este verano se prevé un récord de turistas. Con más personas viajando por el mundo, el problema del turismo excesivo podría estar empeorando. Pero, ¿por qué tantos lugares parecen estar abarrotados y mal preparados para manejar las multitudes?

El exceso de turismo se debe a varios factores clave. Principalmente, hay una descoordinación entre la creciente demanda de viajes y la capacidad limitada de los destinos para recibir turistas. Hace apenas una década, muchos lugares emblemáticos ya sufrían de masificación. Hoy en día, con la tecnología haciendo que viajar sea más accesible, cada vez más personas tienen la oportunidad de explorar el mundo.

Ni siquiera la creciente inflación y el aumento de los precios de los billetes de avión han disminuido el deseo de viajar


Observando las tendencias actuales, es evidente que el turismo excesivo se está convirtiendo en una preocupación creciente. A pesar del aumento en la demanda de viajes, muchos destinos no han adaptado su infraestructura para manejar el flujo turístico, lo que ejerce una gran presión sobre los recursos locales, desde el transporte público hasta la gestión de residuos.

Esto afecta tanto la calidad de vida de los residentes como la experiencia de los visitantes. Por ejemplo, en Venecia, los turistas de un solo día causan congestión durante el día sin generar los beneficios económicos de aquellos que se alojan más tiempo.

El turismo excesivo ha llevado a que muchas personas eviten los destinos más populares. Aunque estos lugares seguirán atrayendo a viajeros primerizos, tendrán dificultades para convertirlos en visitantes recurrentes.

Si preguntamos a los viajeros sobre turismo sostenible y las razones para evitar un destino, la respuesta principal sería que están demasiado concurridos.

Los viajeros expresan continuamente su preocupación por el cambio climático y el turismo excesivo que pueda afectar sus futuras vacaciones. En España, un país con muchos lugares y playas abarrotadas, la mayoría de las personas están preocupadas por estos temas.

El gran impulso de las Redes Sociales


Las redes sociales, especialmente las ya conocidas Instagram y TikTok, juegan un papel crucial en el aumento del turismo masivo. Las imágenes virales de lugares pintorescos alimentan el deseo de visitarlos, a menudo sin considerar las consecuencias. Incluso los lugares menos conocidos empiezan a verse masificados cuando los influencers los postean. La cultura de las redes sociales contribuye al problema al popularizar lugares previamente ocultos, que luego se ven afectados por el turismo excesivo. No obstante, estas plataformas y los influencers también sirven como escaparate y marketing para pequeños negocios que de otro modo no llegarían a tanto público, una paradoja que da que pensar.

Viajar durante las temporadas intermedias está ganando popularidad en destinos mediterráneos de sol y playa, debido a razones como evitar las aglomeraciones, el calor extremo y los altos precios de la temporada alta. La Costa Blanca es un claro ejemplo de ello. Esta tendencia subraya el atractivo creciente de viajar en períodos de baja demanda, lo que permite a los destinos gestionar mejor el flujo turístico y mejorar la experiencia de los visitantes durante todo el año.

Elegir destinos tranquilos y alejados de las rutas turísticas habituales se está volviendo cada vez más importante. Aunque la belleza sigue siendo el factor más importante, los destinos menos concurridos están ganando terreno. Con el auge del turismo de nicho, nuevos destinos turísticos aparecen en el horizonte. En lugar de Mykonos o Santorini, los amantes del sol pueden visitar la Costa Blanca. Quienes buscan la vitalidad cultural de Barcelona pueden encontrar una agradable sorpresa en Valencia, que ofrece una arquitectura impresionante y hermosas playas sin la abrumadora afluencia de turistas.

La necesidad de la Costa Blanca de mejorar su planta hotelera


A mi parecer, la Costa Blanca, la joya menos explorada del Mediterráneo español, se enfrenta un reto crucial para mantener su atractivo turístico: la necesidad de mejorar su planta hotelera.

A medida que el turismo global se expande, es esencial que esta región evolucione para satisfacer las expectativas de los viajeros modernos, que buscan experiencias únicas y de alta calidad. Un modelo a seguir es el de los hoteles pequeños y boutique de las islas griegas, conocidos por su diseño cuidadoso y su enfoque en la proximidad y la tradición.

Los pequeños hoteles y los hoteles boutique en las islas griegas, como Santorini, Milos o Mykonos, se destacan por ofrecer una experiencia íntima y personalizada.

Estos establecimientos no solo proporcionan alojamiento, sino que también cuentan una historia, integrando elementos de la tradición y utilizando materiales autóctonos. Este enfoque no solo enriquece la experiencia del huésped, sino que también fomenta la proximidad y apoya a la circularidad.

La Costa Blanca debería beneficiarse enormemente al adoptar estos principios, promoviendo hoteles que resalten la arquitectura mediterránea.

El uso del diseño como elemento dinamizador


La renovación y modernización de la planta hotelera en la Costa Blanca debe priorizar el diseño y la calidad. Esto implica invertir en instalaciones que ofrezcan confort y lujo, sin sacrificar el encanto y la autenticidad del entorno.

Incorporar elementos de diseño tradicional. El riu-rau, el uso de piedra, madera y cerámica local, puede crear una atmósfera acogedora y auténtica que resuene con los turistas que buscan algo más que un simple lugar para dormir.

Además, el enfoque en hoteles más pequeños y personalizados puede ayudar a mitigar los efectos del turismo masivo. Estos establecimientos suelen atraer a un tipo de viajero más consciente y respetuoso con el entorno, lo que puede contribuir a un turismo más sostenible en la región.

Al promover este tipo de alojamiento, la Costa Blanca no solo mejorará su oferta turística, sino que también protegerá su patrimonio cultural y natural.

Se están desarrollando proyectos que permiten tener esperanza


Proyectos como Jardins de Xàbia o el proyecto Hotel Luz de Denia, realizados por Moderna Room, son ejemplos destacados de cómo se puede aplicar este enfoque en la Costa Blanca. Estos proyectos combinan diseño de alta calidad con elementos totalmente tradicionales, creando espacios que no solo son hermosos, sino también funcionales y sostenibles.

No querría acabar este texto sin alertar que, si un destino se vuelve popular, podría acabar abarrotado de turistas nuevamente. El turismo excesivo será un problema solo si estos destinos no desarrollan infraestructuras adecuadas para manejar el aumento de turistas.

Debemos concienciarnos de que debemos ser respetuosos con nuestras vidas y con nuestros lugares de ocio y descanso.

Después de todo, viajar se trata de vivir experiencias y no solo de hacernos selfies.

 

*Sergio Pérez Llompart es especialista en proyectos hoteleros

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