Opinión
Los riesgos de viajar en avión
El Foro de Maspalomas ha sido el primer evento turístico presencial que se ha llevado a cabo en toda España y los protocolos funcionaron perfectamente
Por primera vez desde que se iniciaron los confinamientos me aventuré a viajar. La invitación que me hicieron los organizadores del VIII Foro de Maspalomas era una oferta que no podía rechazar. La inseguridad producida por estar incluido en el grupo de riesgo debido a mi edad se veía compensada por la excitación de ver cómo funcionaba el sistema de transporte aéreo y la llamada del sol, en este invierno madrileño.
No me arrepiento. En Barajas, la prohibición a los acompañantes de acceder a la terminal y el escaso número de vuelos permitían una fluidez poco común gracias también a que la gran mayoría de la gente llevaba la tarjeta de embarque en el móvil. Las salas de espera, perfectamente organizadas con suficientes asientos marcados para no ser usados, permitían mantener correctamente las distancias de seguridad. El embarque fue fluido, iniciándose en las filas de atrás y terminado en las delanteras —como debería ser siempre no solo en la teoría sino también en la práctica—. Los aviones con un factor de ocupación del orden del 80% solo permitían que el asiento intermedio fuera vacío en las filas de business y en alguna de las de pago por asiento concreto. La gente no deambulaba por los pasillos y utilizó los lavabos solo en casos de verdadera necesidad (me imagino), porque en ningún momento hubo colas.
El desembarque fue el más eficiente que he visto en mi vida. Los pasajeros de cada fila se iban levantando y cogiendo sus equipajes a medida que la fila anterior quedaba despejada. Nadie de pie en los pasillos intentando avanzar unos metros precipitadamente.
Una vez en Gran Canaria, me trasladé al hotel Riu Gran Canaria, un cuatro estrellas todo incluido, donde me solicitaron un test negativo con menos de 72, que presenté y me dieron la correspondiente pulsera y las pertinentes instrucciones. Los protocolos funcionaban perfectamente con indicaciones en el suelo por donde desplazarse en el interior del hotel, dispensadores de gel en todos los lugares, y un personal amable y atento para ayudar en caso de necesidad. El bufé era de alta calidad y con amplio horario. Afortunadamente, el clima ayudó y los turistas ingleses y alemanes, que ocupaban más o menos la mitad de las habitaciones, lucían en la cara un gesto de satisfacción y en el cuerpo colorado las señales de su estancia canaria.
El Foro de Maspalomas ha sido el primer evento turístico presencial que se ha llevado a cabo en toda España. De nuevo, los protocolos funcionaron perfectamente y permitieron que el alto nivel de los participantes brillara adecuadamente. Nadie mostró la más mínima preocupación personal por la situación sanitaria.
La decisión del Departamento de Transportes del Reino Unido de retirar a Canarias de los corredores seguros, con la consiguiente necesidad de guardar cuarentena al regreso, fue el asunto estrella de los debates, así como la necesidad de autorizar test de antígenos, y no solo PCR, para poder acceder a las Islas desde los países señalados —desde la Península ya se puede, gracias al decreto del mismo día de la Presidencia del Gobierno de Canarias—.
Las declaraciones de algunos líderes empresariales de que las nuevas restricciones británicas están relacionadas con la política europea respecto al Brexit, no se ajustan a la realidad.
En primer lugar, la posición oficial del Gobierno se hace pública a través del Foreign Office, que no ha cambiado sus recomendaciones. La instrucción del Ministerio de Transportes es revocable en el momento en el que mejore la incidencia en las Islas y, por último, la presión al Gobierno del sector turístico será fuerte. ABTA y otras asociaciones tienen una fuerte capacidad de hacer lobby. Y finalmente en este invierno Canarias es la única opción para los ingleses que quieran ver el sol. Las estaciones de esquí, con la única excepción de Suiza, están cerradas para ellos y los destinos lejanos como Tailandia o Florida están fuera del mercado. Las cuarentenas también han sido suavizadas imitándolas a cinco días con test negativos. Hay bastante gente con teletrabajo que asume esa limitación a cambio de unos días al sol.
La situación del mercado turístico en toda Europa es trágica, pero la posición relativa de Canarias es de liderazgo. No solo no perderá cuota de mercado, sino que la aumentará durante este duro invierno. Y cuando se inicie la recuperación, como ha ocurrido siempre, Canarias estará en mejor posición que otros destinos.
Como es habitual algunas prácticas obligadas durante periodos excepcionales se integran en los protocolos una vez normalizada la situación. Esperemos que así sea en el caso del ordenado embarque y desembarque por ejemplo.
*Ignacio Vasallo es director de Relaciones Internacionales de la Federación de Periodistas y Escritores de Turismo (FEPET).
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