Opinión
Turismo del bienestar: el turismo del futuro
Esta rama del turismo de salud se está popularizando debido a los efectos negativos de la pandemia y se postula como una forma de aumentar mercado para las hoteleras
Hay preocupación en el sector turístico sobre la recuperación. Por un lado, están los partidarios de regresar al modelo anterior, basado en la máxima ocupación y defendido por las compañías aéreas de bajo coste, las plataformas de alquiler de alojamientos turísticos como Airbnb, por empresas locales y por propietarios de alojamientos turísticos de bajo nivel. Ya sabemos que este tipo de turismo genera la llamada turismofobia, que no es fobia al turismo, sino al exceso de turismo. Sabemos también que estos grandes números incluyen unos cuantos millones de turistas marginales cuyo gasto en España no compensa el uso que hacen de las infraestructuras puestas gratuitamente a su disposición.
Por otro lado, están las principales cadenas hoteleras y las Administraciones que aseguran que quieren salir de esta situación con una oferta más digitalizada y responsable con el medio ambiente, como exige la Agenda 2050 de la Unión Europea y para lo que se recibirán fondos procedentes de la misma.
Las empresas hoteleras españolas podrían rentabilizar una oferta mejorada y ampliar la cuota de mercado de las reservas hechas por un público que ha mejorado sus conocimientos digitales a la fuerza. Algunos segmentos turísticos, como el de los viajes de negocios, tardarán mucho en volver a los niveles previos –si es que alguna vez lo hacen–, por lo que los grandes hoteles de las ciudades necesitan captar nueva clientela para sustituir a los que no vendrán.
Se ha avanzado mucho en este campo, así como en la lucha contra la estacionalidad. En algunos casos, como es el del turismo de golf, desde hace ya muchos años, un gran número de deportistas procedentes de las zonas frías de Europa invernan o pasan largas temporadas en la Costa del Sol o en Canarias, donde pueden seguir practicando su deporte.
Menos conocido es el llamado turismo del bienestar, una rama de los viajes de salud que se está poniendo de moda como consecuencia de los negativos efectos de la pandemia en la salud física y mental de la población. El turismo del bienestar, más conocido por su versión inglesa “wellness tourism”, busca en el viaje el mantenimiento o la mejora de esas condiciones.
En el caso del turismo médico, la otra rama de los viajes de salud, la visita suele limitarse a la atención sanitaria, mientras que los viajes por turismo de bienestar suelen ser complementarios de los tradicionales de sol y playa o culturales. El turismo médico es reactivo a la enfermedad, mientras que el de bienestar es proactivo y puede ser tanto el motivo principal del viaje –una semana de Ayurveda en Kerala– o bien complementario –una semana en Tenerife en un hotel con spa– en el que se pueden hacer tratamientos de estética.
Según el Global Wellness Institute, entidad dedicada a la promoción de estos productos, la mezcla de dos sectores en crecimiento, el turismo en general y el del bienestar en particular, resulta en una aceleración del aumento de este último, cuyo ritmo de crecimiento duplica el del primero.
España tiene grandes posibilidades en este campo por la cantidad de infraestructuras utilizables para este fin, por la tradición y por las fáciles comunicaciones con los países de donde proceden los principales consumidores de estos productos: alemanes, franceses y británicos, que se dirigen, sobre todo, a Canarias, Cataluña y Baleares. El centro de tratamiento más prestigioso de Europa, el Sha Wellness Center, se encuentra en la provincia de Alicante. Hay prestigiosas clínicas de adelgazamiento en la Costa del Sol, balnearios en todas las regiones y multitud de tratamientos específicos como la talasoterapia. Además, todos los nuevos hoteles de alto nivel cuentan con su spa con diversos tratamientos.
Se ha trabajado mucho para aunar esfuerzos promocionales, como por ejemplo en Gran Canaria, donde bajo el concepto de “Spa, Wellness and Health” trabajan conjuntamente el Patronato de Turismo, el Cabildo y la Federación Hotelera, pero aún queda mucho camino por recorrer.
También empiezan a surgir consultoras especializadas en ayudar a la adecuación de las empresas turísticas que lo deseen a esta oferta, como el Wellness Coach Institute, radicado en Madrid. Los expertos aseguran que el turismo de bienestar también puede ayudar a la lucha por la diversificación geográfica del turismo, tanto nacional como extranjero, al no depender del sol y la playa.
*Ignacio Vasallo es director de Relaciones Internacionales de la Federación de Periodistas y Escritores de Turismo (FEPET).
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