El fin casi nunca justifica los medios, y en ningún caso una agresión contra el medio. La propuesta de instalar una planta fotovoltaica en Las Caletas (Lanzarote, Islas Canarias) ha activado todas las alarmas. El espacio en el que se pretende ubicar, equivalente a dos campos de fútbol en plena entrada de Costa Teguise, supone un impacto medioambiental considerable. Más de 3.000 paneles solares que, según los informes técnicos que ha presentado el Cabildo de Lanzarote ante la Dirección General de Energía del Gobierno de Canarias, afectan a diferentes especies, a la conservación de valores patrimoniales y no son compatibles con la calificación del suelo.
La urgencia de impulsar, con todos los medios posibles, la implantación de energías renovables podría justificar esta acción ante la situación de dependencia energética en que se encuentra la isla y el riesgo de empobrecimiento que acarrea. Cierto es que interesa facilitar los trámites, dar ventajas y favorecer el crecimiento de renovables para lograr autonomía energética. No es menos cierto que las renovables suponen una oportunidad económica para el tejido social de la isla por cuanto el sector es capaz de generar nuevos empleos para muchos jóvenes que están formándose en la materia. Y para las empresas es una apuesta importante porque en la medida en que desarrollemos ese saber hacer, seremos capaces de exportar ese conocimiento a nuestro mercado más próximo: África Occidental y La Macaronesia. Una garantía para el crecimiento de nuestro tejido empresarial.
Sin embargo, a pesar de que las ventajas son muchas, no podemos permitir que ese desarrollo se haga de cualquier manera y en cualquier lugar. Tenemos que encontrar la fórmula adecuada para encajar las piezas que nos permitan hacer todo esto sin hipotecar el futuro de nuestros hijos y de nuestra tierra. Es absolutamente necesario que el Cabildo regule los espacios adecuados para la ubicación de estas instalaciones renovables, que pueden ser de carácter público o privado.
La Cámara de Comercio de Lanzarote ha participado en exposiciones y ferias anuales para mostrar las últimas tendencias en el sector de las renovables. Desde la primera feria de vehículo eléctrico, en noviembre de 2011, hasta la última edición de Expoenergía en 2018, organizada a través de la Ventanilla Única de Energías Renovables del Cabildo de Lanzarote, hemos comprobado la multitud de alternativas que existen para desarrollar experiencias diferentes al modelo depredador. Llegados a este punto, podemos afirmar que es posible y deseable combinar el interés económico de nuestras empresas con criterios de sostenibilidad.
A las puertas de una huelga internacional por el clima en todo el mundo, en la que la juventud reclama un futuro para la humanidad y el planeta, es el momento perfecto para que Lanzarote, que ha sido pionera en abanderar esta corriente de respeto al territorio y su biosfera, dé ejemplo de que podemos conseguir retorno comercial de la sostenibilidad garantizando el futuro para la isla y sus próximas generaciones. Ese es el único fin justificable.