Estos días se ha publicado una noticia en prensa del sector turístico, resaltando que un mecánico empleado de una reputada compañía aeronáutica estadounidense cumplía 80 años en su puesto de trabajo.

No ha faltado quien ha salido a comentar que el trabajo de este empleado de 96 años ponía en duda la seguridad de los aviones de la compañía en cuestión, dando por sentado que un mecánico más joven lo haría mejor. Reflexiono para mis adentros que probablemente esta empresa aeronáutica se habrá encargado de ofrecerle a lo largo de los años toda la formación y cursos necesarios para adaptar sus capacidades y conocimientos a la tecnología de las aeronaves y estándares de calidad y seguridad actuales. Me parece muy destacable que una persona decida seguir con su trabajo y con pasión e ilusión si su capacidad mental y física se lo permite, además de ser un hermoso gesto de lealtad a la empresa que a lo largo de los años ha sido capaz de regenerarle en un entorno de alta evolución como el aeronáutico.
 

 Trabajadores de todas las edades cambian constantemente de trabajo por cuestiones muy diversas

Trabajadores de todas las edades cambian constantemente de trabajo por cuestiones muy diversas


Lo que sí que me parece bochornoso es que saliera hace pocos días otra noticia de que una famosa empresa española ferroviaria contrataba a una persona de 60 años, resaltando su capacidad y preparación "a pesar de su edad", como si debiera ser excepcional contratar a alguien a partir de un número concreto en su DNI. Más me contrarió que se mencionara que se podría contar con esa persona "pocos años porque en breve se jubilaría". Pues bien, ni a los 67 años hay que jubilarse ni muchos de nosotros estamos en la misma empresa toda la vida. Trabajadores de todas las edades cambian constantemente de trabajo por cuestiones muy diversas y ello no altera los ciclos laborales de las citadas compañías.

Creo que deberíamos dejarnos ya de tanta tontería con los años, los géneros, las razas o las nacionalidades. Hay que valorar la capacidad de trabajo, los conocimientos técnicos y la implicación de las personas, independientemente de que tengan 20 u 80 años. Adaptemos los trabajadores y sus capacidades a los puestos y evolucionemos ya, porque parece que muchos siguen anclados en estereotipos de la edad media sobre lo que una persona —sea hombre o mujer, blanco o negro, joven o viejo— puede o no puede hacer.

Mi edad no define mi trabajo. Mis conocimientos, compromiso y experiencia sí lo hacen. ¿Qué pensáis vosotros?

 

*Jorge Guimerá es el director Comercial de Universal Beach Hotels