Opinión

José Luis, el alma eterna de la hostelería española

Se nos va un líder, un amigo, un referente incansable que hizo de su vida un ejemplo de dedicación y amor por la hostelería

Hoy es un día de esos en los que el aire pesa y las palabras se atragantan. Un día triste, de los que cuesta encontrar sentido. Hoy despedimos a José Luis Yzuel, y con él, se va una parte fundamental de la hostelería en España. Se nos va un líder, un amigo, un referente incansable que hizo de su vida un ejemplo de dedicación y amor por una profesión que le apasionaba.

José Luis no solo representó a la hostelería; él era hostelería. No había diferencias entre grandes y pequeños, entre estrellas Michelin o tabernas de barrio. Para él, todos eran hosteleros y a todos los trataba con el mismo respeto, con la misma entrega y con ese cariño inquebrantable que siempre lo caracterizó.

La hostelería es el arte de hacer sentir a los demás como en casa, de convertir cada comida en un encuentro, cada brindis en un instante de felicidad compartida. Es ofrecer, servir con la convicción de que cada detalle puede hacer la vida un poco mejor. José Luis entendía esto como pocos. Siempre reivindicaba que la hostelería es el sector de la felicidad y él la repartió sin medida.

Para José Luis la hostelería era la manera de vivir. Disfrutaba con la misma intensidad una conversación entre amigos en un chigre, que una cena en un gran restaurante. Sabía que la verdadera esencia de la hostelería estaba en el calor de la compañía, en la generosidad del gesto y en la alegría de compartir. Siempre que podía lo bañaba todo con música. Una banda sonora que viajaba con él a todas partes y que se hacía sentir a la menor oportunidad.

Así vivió, con el alma siempre abierta, con una sonrisa de bienvenida y un corazón que, como los mejores anfitriones, nunca dejaba a nadie fuera.

Durante los momentos más difíciles, cuando la pandemia golpeó con fuerza y la incertidumbre amenazaba con llevárselo todo, José Luis emergió como el faro que guio al sector. Con una sonrisa inalterable y una voluntad férrea, trabajó sin descanso para unir a la hostelería, defendiendo los intereses de todos con valentía, pero siempre con educación, con ese tono afable que lograba abrir cualquier puerta.

A pesar del dolor, nos reconforta pensar que los hosteleros supimos reconocerle su grandeza en vida. En el último tiempo, cada rincón de la hostelería española le expresó su admiración y respeto con homenajes y palabras llenas de amor y agradecimiento. A su lado, Emilio Gallego, un secretario general siempre comprometido, pero sobre todo un amigo fiel cuando más necesario ha sido.

Su grandeza trascendía lo profesional. A quienes tuvimos la suerte de conocerlo, nos dejó lecciones imborrables. Conversaciones que nunca olvidaremos, incluso en los momentos más difíciles de su vida. Los últimos días, cuando el terrible desenlace de la enfermedad era inminente, nos dijo: “Estoy tranquilo y con sosiego, ha sido una delicia trabajar con todos vosotros y me llevo el mayor de los afectos”. Así era su esencia: autenticidad, entereza y una calidad humana que pocos poseen.

Hasta el final, José Luis siguió siendo él mismo. A pesar del dolor, de la enfermedad implacable que lo castigaba, nunca perdió su sonrisa, su espíritu luchador ni su sentido del humor.

En este camino, no podemos olvidar a la persona que estuvo siempre a su lado, su compañera de vida, su refugio y su amor más grande: Ana. Gracias a ella y su hijo Lorenzo, José Luis vivió más feliz, con la certeza de que el amor verdadero es la mejor brújula en esta vida.

Gracias, José Luis, por haber dado lo mejor de ti a esta profesión, por tu generosidad infinita y por habernos enseñado que la hostelería no es solo un oficio, sino una forma de vida.

Hoy te despedimos con el corazón encogido, pero con la certeza de saber que desde allá arriba seguirás guiándonos, sonriendo, y enviándonos señales para empujarnos a hacer lo que tú más amabas: construir un mundo mejor.

Descansa en paz, amigo. Nunca te olvidaremos.

 

*Artículo firmado por los cuatro vicepresidentes de Hostelería de España: José Luis Álvarez Almeida (Otea - Asturias), José Antonio Aparicio Gregorio (Hostelería Madrid), Manuel Espinar Robles (Hostelería Valencia) y Mikel Ubarrechena Pisón (Hostelería Gipuzkoa).

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