Han pasado más de 19 años desde que abrí mi primer hotel y desde ese momento Room Mate Hotels no hizo más que crecer. Hoy en día somos más de 1.200 roomies los que hemos luchado (y seguimos haciéndolo) para convertir este sueño en una realidad. Estos años han sido para mí una auténtica aventura enriquecedora en la que se han ido sumando personas maravillosas que han logrado cosas extraordinarias.
Pero todas las grandes aventuras tienen sus momentos de oscuridad. Y podemos decir que este es uno de ellos. Si al principio de este año alguien me hubiese dicho que nos íbamos a encontrar en esta situación no le hubiese creído. Y lo peor es que no parece que vaya a mejorar. El maldito coronavirus nos ha sumido en una de las mayores crisis de nuestra historia. Se trata de un momento trascendental, tanto para nuestro sector como para la economía del país.
El problema fundamental es el más obvio: casi no tenemos clientes. Las empresas no viajan, así que no tenemos cliente corporativo. Ya no se hacen eventos y casi no hay clientes de ocio porque ya no hay cultura (conciertos, musicales, exposiciones…) Y, por supuesto, el cliente extranjero ya no viene por las fuertes restricciones impuestas a la hora de viajar a nuestro país. Además, muchos países de nuestro alrededor como Grecia y Portugal, han aprovechado la situación para ganarnos terreno y atraer a los viajeros que no han venido a visitarnos.
No me voy a detener en resaltar cifras, ya que ya se ha hablado mucho de ellas. Tan solo quiero destacar la que más me preocupa: según la última valoración actualizada por Exceltur, a cierre de julio el sector turístico contó con 823.000 empleados menos. Una caída histórica que no hace sino evidenciar la situación tan grave en la que nos encontramos.
La realidad exige que hablemos con total claridad: estamos en una situación preocupante, dramática y tremendamente grave. Si no tomamos decisiones pronto, la situación no hará más que empeorar.
Los que me conocen saben que soy optimista por naturaleza. Por eso me tomo esta situación como un reto que hay que superar para salir más reforzados que nunca. Pienso que estamos, por lo tanto, ante una oportunidad histórica para reinventarnos, para lograr un sector turístico de más calidad, más sostenible y digital y más rentable social y económicamente.
Ha llegado el momento de decidir qué turistas nos interesa que vengan: turistas de calidad o turismo a volumen. Debemos buscar, por ejemplo, a los viajeros que están en Asia y Estados Unidos que son los de mayor calidad y los que aportan dinero a toda la cadena de valor.
Tenemos que volver a posicionarnos como el primer destino turístico del mundo. En los últimos meses nuestra marca país se ha visto muy deteriorada. Por eso es necesaria una campaña de comunicación colectiva para volver a recuperar nuestro valor reputacional. Señores, somos España, somos el mejor destino turístico mundial. Tenemos que volver a creérnoslo y volver a comunicarlo como tal.
Al igual que algunos colegas del sector, hago un llamamiento a las instituciones del Estado para una colaboración público-privada que logre diseñar un plan de recuperación del sector turístico inteligente y justo. El correcto reparto de los fondos de recuperación europea es prioritario para nuestra supervivencia y para el mantenimiento de los puestos de trabajo. Necesitamos que no se olviden de nuestro sector y la importancia que tiene en el empleo y en el PIB.
Estamos orgullosos de formar parte del sector turístico, uno de los más importantes para nuestro país, que da empleo a casi 3 millones de personas y aporta el 12,3% del PIB. Unas cifras impresionantes que sin embargo amenazan con reducirse inexorablemente si no tomamos medidas lo antes posible.
Para terminar, quiero hacer un llamamiento a la esperanza. No olvidemos que juntos llegamos a lo más alto del turismo mundial y no me cabe ninguna duda de que juntos volveremos a coronar esa cima, más renovados y competitivos que nunca.
* Kike Sarasola es presidente y fundador de Room Mate Hotels