Lo que más impresiona de un viaje por el oeste de la provincia de Zamora, es la rapidez con la que ha tenido lugar el despoblamiento de la zona, el cual ha transformado en menos de medio siglo el paisaje y, por supuesto, las formas de vida de la población restante. Ya Unamuno había señalado que "nuestros paisajes permanecen en bruto por falta de viajeros que los refinen. España está en gran parte por descubrir", refiriéndose precisamente a esta zona.

Pueblos como Fermoselle que llegaron a tener ocho mil habitantes no suman ahora más de mil quinientos. Este fenómeno se extiende por toda la provincia, con la excepción de la capital que mantiene la población. Incluso, en el otro extremo, Toro, una ciudad que parece pujante con su azucarera y sus bodegas, no lo logra.

Esta desgraciada circunstancia permite la observación de paisajes infinitos, de bosque bajo y matorrales donde antes existían cultivos, o la supervivencia y recuperación del lobo ibérico en la Sierra de la Culebra. La agricultura y la ganadería se han convertido en residuales. Resiste la vid, con la que se produce un interesante vino con denominación de origen de los Arribes, la exquisita miel y diferentes variedades de setas, en las comarcas de Aliste y Sanabria.

Duero

Río Duero, Zamora

Algunos lugares, entre los que destaca ‘La Puebla de Sanabria’, sobreviven gracias al turismo de temporada y de fin de semana, que se aloja en magníficas casas rurales que es posible encontrar en casi todos los pueblos. Aparte del turismo veraniego que acude al lago, principalmente en excursiones de día a bañarse, el resto del año, especialmente en otoño y primavera, la actividad más interesante es el senderismo por caminos en los que abundan los bosques de roble, pinos y algunas manchas de castaños que dan esos fuertes colores otoñales.

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El inmenso horizonte permite una relación del hombre con la naturaleza que se da en pocos lugares de Europa y que parece más propia de latitudes americanas. Los Arribes del Duero, profundos acantilados que se extienden cerca de 100 kilómetros en ambas riberas, permiten vistas sin rastro de seres humanos y el deleite en el silencio desconocido en otros lugares.

Desde hace un par de años toda esa zona, más el equivalente en el lado portugués, se encuentra protegida tras ser declarada por la UNESCO, Reserva de la Biosfera Transfronteriza Meseta Ibérica, e incluye cuatro parques nacionales y es la mayor Reserva de la Biosfera Transfronteriza de toda Europa.

Sanabria

Sanabria 

Todo está alrededor del Duero que une y separa a los dos países ibéricos, a lo largo de más de 100 kilómetros. Ese empeño en la protección del medio ambiente tiene aplicaciones prácticas interesantes, como el crucero medioambiental por el lago de Sanabria que se realiza en el primer catamarán que se construyó a propulsión helio solar y que permite una navegación silenciosa y sin el más mínimo movimiento.

Por la zona transcurren los caminos de Santiago llamados de Poniente, para atender a peregrinos del sur y de zonas limítrofes de Portugal, que usan en parte la calzada romana de la Vía de la Plata y que adquieren distintos nombres como: Camino Sanabrés o Camino de Fermoselle. Mucho menos transitados y con paisajes desconocidos ofrecen una buena oportunidad a los peregrinos amantes de la tranquilidad.

En la provincia subsiste el culto a Viriato, representado en la bandera local la Seña Bermeja, cuyas ocho bandas rojas hacen mención a otras tantas victorias suyas sobre ejércitos romanos.

Uno de los acontecimientos más impactantes de comienzos de la segunda mitad del siglo XX tuvo lugar en esta zona, cuando el 9 de enero de 1959 la presa de Vega de Tera se derrumbó y sus aguas arrastraron al lago todo el pueblo de Rivadelago, cuyos 144 habitantes fallecieron. El movimiento de solidaridad que se produjo en toda España, con muchas actividades para conseguir fondos para la reconstrucción del pueblo, es todavía recordado por los que tienen edad para ello.

Estatua de un soldado en Sanabria

Soldado en el pueblo de Sanabria

El nuevo pueblo pasó a llamarse, como no, Rivadelago de Franco. Algunos paneles en el Centro de Interpretación del Lago que recogen comentarios de la época nos recuerdan cómo funcionaba la propaganda estatal: el pueblo se construyó gracias a la "magnanimidad inquebrantable" del Caudillo. ¡Cómo envejece el lenguaje ¡ Hoy día el comentario en vez de indignación produce hilaridad.

Ahora los embalses son seguros. Forman grandes lagos artificiales que jalonan la zona. Algunos son utilizados para el baño y los deportes fluviales. En un momento histórico en el que abundan las quejas por la saturación de los espacios es de agradecer encontrar lugares en los que estos pueden con el ser humano.