Opinión
El Ayuntamiento de Las Palmas de Gran Canaria revienta la vivienda vacacional en la capital
Exigir que las viviendas vacacionales cuenten con entrada independiente al edificio es una auténtica prohibición encubierta
El próximo viernes 26 de octubre el Ayuntamiento dinamitará el sistema de Viviendas vacacionales de Las Palmas de Gran Canaria. Para ello llevará a pleno la nueva Ordenanza mediante la cual pretende que “las viviendas vacacionales estén situadas en plantas inferiores a las residenciales y siempre cuenten con entrada independiente al edificio”.
Esta normativa es una auténtica prohibición encubierta dado que ningún edificio de la capital cuenta con entrada diferenciada para determinadas viviendas en un mismo inmueble. Sorprende que hace unos meses el Alcalde de la capital destacase los beneficios de las viviendas vacacionales ya que la ciudad no cuenta con suficientes camas hoteleras para alojar a los turistas que nos visitan y sin embargo ahora pretenda destruir esta planta alojativa reglada.
Con ello el Ayuntamiento capitalino va a conseguir 3 efectos inmediatos:
- Da la espalda a los propietarios de más de 1.000 viviendas legales que hay en la capital y las sitúa en un auténtico limbo jurídico, en su gran mayoría son pequeños ahorradores que complementan sus ingresos mediante el alquiler vacacional.
- Destruye la planta alojativa actual de la ciudad eliminando más de 2.000 camas que ayudan a alojar a los visitantes en la ciudad.
- Castiga al comercio minorista que tanto se ha beneficiado de los consumos provocados por los turistas que nos visitan. Menos turistas = menos gasto en la ciudad.
- Beneficia a los grandes. Esta medida aparta del negocio turístico a los pequeños propietarios, a los ciudadanos de aquí, beneficiando a los grandes tenedores de viviendas: grandes empresas y fondos de inversión que verán vía libre para dedicar edificios completos a vivienda vacacional ya que solo ellos podrán tener esas entradas exclusivas para viviendas vacacionales dedicando todo el edificio a esta finalidad.
Ya existía una antigua normativa en la capital análoga a la que ahora se pretende, y el Ayuntamiento, en lugar de acoger las nuevas realidades que demandan los turistas y conciliarla con la vida de los residentes, se ha limitado a repetir los mismos términos desfasados de hace más de 20 años.
Gobernar para los de fuera nunca fue una buena opción para los de dentro. Los ciudadanos de la capital ya se pueden ir despidiendo de la vivienda vacacional en Las Palmas de Gran Canaria.
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