La presidencia de RIU es cosa de familia. Mi hermana Carmen y yo llevamos más de 20 años compartiendo la máxima responsabilidad de la empresa que fundaron nuestros abuelos y padres en 1953. Muchas veces me preguntan cómo es eso de dirigir con mi hermana. Muchas veces, desde fuera, se da por hecho que entre hermanos hay tiranteces y envidias.
Pero nuestra realidad es otra. Nos hemos repartido las funciones de tal manera que cada uno se centra en hacer lo que más le gusta y hemos conseguido un equilibrio que nos permite tomar decisiones con una agilidad asombrosa. El secreto, yo creo que es la confianza ciega y que somos complementarios, no sustitutivos. Hoy queremos hablar Carmen y yo de cómo nos organizamos.
1. Primera clave del equipo Carmen + Luis Riu: la confianza
Hay una anécdota que creo que es muy representativa. En 1991, cuando me mudé a Punta Cana para encabezar el primer proyecto internacional, tenía que hacer un camino de cinco horas para llegar a la capital, hasta la embajada, para poder firmar los documentos que hiciera falta. Perdía un día entero para un mero trámite.
Hasta que un día me cansé y, estando en Barcelona, entré en una notaría e hice un poder a nombre de Carmen para que firmara por mí cualquier cosa que fuera necesaria. Carmen explica que “el poder era tan amplio, que cada vez que lo presentaba, los juristas se sorprendían e iniciaban un debate sobre si yo, en nombre de Luis Riu, podía pedir el divorcio de su esposa”. En cuanto regresé de Punta Cana, ella me hizo uno igual a mi nombre.
“Los juristas debatían sobre si yo, con su poder notarial, podría pedir el divorcio en nombre de Luis Riu”, bromea Carmen.
2. Segunda clave: un buen reparto de tareas
A esta confianza se suma, como suele suceder entre hermanos, que tenemos caracteres y gustos totalmente distintos. Al aplicar estas diferencias al trabajo, nos hemos organizado y complementado muy bien:
- Yo llevo la Expansión, Obras, Operaciones y Comercialización.
- Mientras que Carmen se ocupa de Jurídico, Finanzas, Sistemas y Responsabilidad Social Corporativa.
Yo soy más de acción y Carmen está en la retaguardia, como le gusta decir. “Sí, mis temas son más repetitivos, más sistemáticos, más rígidos, pero es que a mí me gustan. Luis es mucho más creativo”, dice Carmen.
Si soy sincero, los temas de Carmen a mí no me gustan. Los míos son más bonitos.
“Claro, tú creas desde cero y al ver un proyecto acabado es casi como ver nacer a un hijo. Es gratificante. A mí me gusta que cuadren las cuentas”, comenta Carmen divertida. “RSC es diferente y tengo que hacer un gran esfuerzo para planificar y diseñar nuestro plan de acción”.
3. Tercera clave del tándem Carmen + Luis Riu: la admiración mutua
Es curioso cuando entre nosotros hemos hablado de las cosas que más admiramos el uno del otro, cómo siempre destacamos aquello que creemos que nos falta.
- A mí de Carmen me admiran su humanidad, su don de gentes y su interés general por el mundo. Es una gran conversadora y hace un gran papel en cualquier encuentro, no importa quienes sean sus interlocutores.
- “Yo de Luis admiro su creatividad, su tenacidad, su inteligencia y su capacidad para motivar. Prácticamente todo en él es acción”, dice Carmen.
Claro, que también hay cosas que no nos gustan al uno del otro. Carmen y yo compartimos pared porque nuestros despachos son contiguos y ella dice que hablo demasiado fuerte. “Y si viene Ramón Arroyo, ni te cuento. A veces me he levantado corriendo pensando que estaban teniendo una bronca y estaban charlando tranquilamente”. En mi caso, me molesta que no me conteste los correos, yo soy de despachar rápido…
“Mi hermano habla demasiado fuerte. Con Ramón Arroyo a veces parece que tienen una bronca, cuando están charlando tranquilamente”, explica Carmen
4. Y un secreto: los dos nos movemos en el marco del ‘dicho y hecho’
Una característica muy marcada de nuestra gestión es nuestra capacidad para tomar decisiones con una gran agilidad.
El otro día, en la inauguración del Riu Plaza España, Carmen contó que la decisión de operar el hotel la tomamos en cinco minutos y la de comprar el edificio nos llevó un poco más… ¡15 minutos! Pero es que no es una broma, es literal. Nos basta hablar entre nosotros, quizá una consulta rápida a nuestros colaboradores más cercanos, y ya está, dit i fet que dicen en Mallorca. Y eso que paso la mitad de mi tiempo viajando y ¡no tengo móvil!
Quizá en esta buena sintonía ha intervenido la educación que hemos recibido. No nos han comparado, no hemos competido nunca y los dos huimos de la atención pública. Somos discretos y nos gusta centrarnos en el trabajo.
Todo esto ayuda a construir una buena relación. Aunque hay un modelo que sí hemos querido cambiar. Nosotros crecimos en el hotel; en las comidas se hablaba de trabajo y en las cenas de papeletas de satisfacción. En nuestras respectivas familias disfrutamos de las comidas y del tiempo juntos hablando de la vida y de cómo nos ha ido el día. Hay un tiempo para hablar de empresa y de trabajo, pero en casa está prohibido.
*Este artículo fue publicado originalmente en el blog de Luis Riu, CEO de RIU Hotels & Resorts, y se reproduce con su consentimiento.