Opinión

La capital mundial del turismo

La localización de la sede de la OMT responde a cuestiones “logísticas o históricas” y no tanto a la capacidad turística de la zona y a su influencia en el mundo

La operación dirigida por el príncipe heredero de Arabia Saudita, Mohamed Bin Salman, para llevarse la sede de la Organización Mundial del Turismo (OMT) a Riad, cuenta con el apoyo implícito del secretario general de la organización, el georgiano Zurab Pololikashvili –sin el que no habrían iniciado sus movimientos– y de la exministra mexicana de Turismo, Gloria Guevara, actualmente asesora en jefe –SIC– del ministro árabe del mismo ramo.

Desde un punto de vista turístico, el asunto es intrascendente. El sector, tanto internacional como español, no se siente concernido por este asunto. Tan solo el presidente de la Mesa del Turismo, de escasa representación, ha señalado que sería un fracaso puesto que, entre otras cosas, perderíamos la capitalidad mundial del turismo.

La prensa conservadora aceptó ese argumento, que no se basa en la realidad.

Ni España se convirtió en la capital mundial del turismo cuando obtuvo la sede en 1975 –la necesitaba por cuestiones de imagen al final del franquismo– ni Riad lo sería en el caso –improbable, en mi opinión– de que lograra el cambio.
 

El Palacio Real en Madrid, ciudad donde se encuentra la sede de la OMT.

Y es que la sede de un organismo internacional es solo un lugar geográfico donde trabajan los funcionarios y se reúnen las comisiones. En su localización influyen más factores logísticos e históricos que los relacionados con el contenido de su área de actuación.

¿Alguien se atrevería a decir que Roma es la capital mundial de la agricultura, Ginebra la del comercio o la sanidad y Viena la del petróleo, solo porque allí están basadas la FAO, la OMC, la OMS o la OPEP?

Pero aún queda un ejemplo todavía mas significativo y relacionado con nuestro sector. La IATA, la Asociación Internacional del Transporte Aéreo, de la que forman parte cerca de 300 aerolíneas que representan más del 80% del tráfico total y que ejerce funciones específicas, como el control del Plan de Liquidación Bancaria BSP, el sistema de búsqueda de equipajes Bagtrac o las auditorias de seguridad operacional. Mientras, en la OMT, la representación mundial es muy inferior y tiene que limitarse a dar consejos o asesoramiento.

 

 

¿Dirían ustedes que el país en el que tiene su sede es la capital mundial de la aviación? Parece que no, por dos motivos: uno, que, al margen del sector aéreo, son pocos los que saben dónde está la sede, incluso entre los que trabajan en el turismo; y, dos, porque todavía son menos los que saben a qué se dedica.

Los argumentos de la capitalidad mundial, al igual que otros como el de la pérdida de imagen o de capacidad de influencia en el sector, son políticos y poco tienen que ver con la realidad turística.

Y políticas son también las razones por las que el Gobierno defenderá la permanencia de la sede en Madrid.

Y, para los que se hayan olvidado, la sede de la IATA está en Montreal.

 

*Ignacio Vasallo es director de Relaciones Internacionales de la Federación de Periodistas y Escritores de Turismo (FEPET).

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