Opinión
En peligro el turismo rural de proximidad
Con el inminente cierre de Madrid, una mayoría de establecimientos rurales están muy preocupados de perder el principal mercado emisor hacia sus destinos
Recuerdo que al comienzo de la desescalada Covid-19 existía una demanda tremenda de las ciudades por escaparse a las zonas rurales y, de hecho, la oferta turística rural en países como España (también en otros europeos como Francia, Portugal, etc.) ha tenido una demanda muy superior a la de los últimos 10 años o más.
Si bien, como ya escribí recientemente, esto es una situación coyuntural que más bien es un espejismo para el turismo rural, ya que el turismo urbano no solo no se ha beneficiado sino que está casi en quiebra; recuerdo comentarios de propietarios de negocios turísticos en pueblos, incluyendo al propio presidente de ASETUR (Asociación Española de Turismo Rural), que entre otras cosas, afirmaba que la acogida de turistas urbanos y especialmente de ciudades como Madrid era un peligro para sus territorios y, por tanto, era mejor que no llegasen, comentario inaudito de un representante gremial.
Obviamente, muchos otros propietarios de este tipo de negocios no compartían esta opinión y lo que más anhelaban era poder abrir sus establecimientos.
A día de hoy, con el inminente cierre de Madrid [del 4 al 14 de diciembre] una mayoría (no tengo el dato) están muy preocupados, por no decir alarmados, de perder el principal mercado emisor hacia sus destinos.
Este cierre o confinamiento pandémico conllevará, sin duda, el cierre temporal de la gran mayoría de establecimientos turísticos y hosteleros en un radio de aproximadamente 300 km, que sería la distancia media máxima del turismo de fines de semana que alimenta el turismo rural y de naturaleza de las zonas de proximidad.
La vulnerabilidad de este sector se está manifestando de forma evidente y parece que, como siempre, no se le tiene en cuenta. Y esta vez no se le achaca a la OMT, que este 2020 se le ha olvidado que era el Año Internacional del Turismo y Desarrollo Rural, sino que son los gobiernos locales, regionales y el Estado quienes no miden las consecuencias de sus medidas.
Lo más difícil es, sin duda, gestionar una crisis de forma eficiente teniendo en cuenta a todos los afectados, pero si no se hace, se pone en peligro a sectores como el turismo y en este caso el rural.
*Arturo Crosby es editor Natour magazine
Te recomendamos